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Viernes, 28 de febrero 2020, 10:03
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Las ONGs salmantinas llevan semanas dando la voz de alerta porque están desbordadas por la “avalancha” de migrantes latinoamericanos, muchos en situación de extrema vulnerabilidad, que solicitan el asilo internacional y quedan desamparados, en lista de espera para entrar en el programa estatal de acogida a refugiados.
Uno de esos casos llamó hace algunos días a la puerta del Comedor de los Pobres: una familia latinoamericana en situación irregular con un menor a cargo y con las maletas, sin un lugar a donde ir. Esta ONG de la Asociación Amigos del Silencio y la Felicidad —que ha pasado de servir 20 a 40 comidas calientes diarias a personas necesitadas— optó por buscarles y pagarles un hostal durante este pasado fin de semana y el lunes, según confirma Queti Luciano, presidenta de la entidad solidaria. “El albergue municipal casi siempre está lleno los fines de semana y al centro de emergencia social de Cruz Roja no pueden ir menores”, justifica Luciano, que detalla que este martes, ante las dificultades de poder seguir pagando el hostal, la ONG pidió ayuda a voluntarios y colaboradores para recopilar un colchón, mantas y edredones y dar un techo a esta familia en la propia sede del Comedor de los Pobres en el paseo de la Estación.
Una situación crítica que el propio Comedor de los Pobres expuso públicamente en su perfil de Facebook la pasada pasada con un mensaje que después fue borrado.
El caso de extrema vulnerabilidad de esta familia latinoamericana con un menor a cargo se abordó hace unos días en la mesa de coordinación de las ONGs, donde está integrado el Comedor de los Pobres, y se derivó al recurso de acogida y atención primaria de Cáritas, según corroboran desde la entidad diocesana. No obstante, Queti Luciano asegura que, consciente de la situación de desbordamiento que tienen todas las entidades locales por la llegada masiva de migrantes y los recursos limitados, el Comedor de los Pobres ha decidido “aportar un pequeño signo” en forma de dos pisos, cuyo alquiler pagará la entidad solidaria, para dar un techo a casos urgentes de extrema necesidad donde haya menores, como el de esta familia.
Por su parte, desde el Ayuntamiento, su concejala de Familia, Ana Suárez, reconoce que “están llegando muchos inmigrantes en la fase pre-cero” e insiste a las entidades que “ante cualquier situación a la que no puedan dar respuesta, y más si hay menores, se informe al Ayuntamiento” porque “no se va a dejar a nadie en la calle, pero se tiene que dar una solución a nivel nacional”. En este sentido, Suárez confirma que hace dos semanas se reunió con los responsables del Comedor de los Pobres y se habló de varios casos “pero se suponía que estaban todos controlados”, mientras que este mismo lunes volvieron a reunirse y no se le informó de este caso crítico de la familia con un menor.
Luciano asegura que está a la espera de recibir las llaves del primer piso de alquiler donde alojar temporalmente a esta familia migrante con el fin de que sus miembros puedan empadronarse y el menor recibir una escolarización, además de seguir ofreciéndoles comida caliente y apoyo educativo al menor.
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