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El empleado de una estación de servicio reposta el vehículo de un cliente ALMEIDA
Clamor para que el Gobierno baje los impuestos que gravan los carburantes

Clamor para que el Gobierno baje los impuestos que gravan los carburantes

Transportistas y empresarios exigen medidas a Sánchez para mitigar el alto coste de los combustibles en sus negocios

M.D

Domingo, 14 de noviembre 2021, 22:44

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El alto precio de los combustibles, que rozan máximos históricos, ha llevado a los transportistas y representantes de los empresarios a reclamar al Gobierno que actúe lo antes posible mediante una reducción de los impuestos que gravan los carburantes. Todos coinciden en que la situación actual, en la que la recuperación económica se ve amenazada por el alto coste de la energía, el encarecimiento de las materias primas y los problemas de suministro, complica el día a día de los negocios, por lo que resulta necesario adecuar la fiscalidad de los combustibles de automoción para no poner en riesgo la salida de la crisis provocada por el coronavirus.

“La bajada de impuestos debe ser la primera medida que adopte el Gobierno”, afirma Benjamín Crespo, presidente de la Cámara de Comercio de Salamanca. Una opinión que comparte el máximo representante de la Confederación Empresarios de Salamanca (CES), José Vicente Martín. “El Ejecutivo habla de diálogo. Pues que se siente y lo haga, porque los empresarios no pueden pagar todo”, señala.

La posición de los empresarios coincide con un momento de tensión en el sector del transporte, en especial el de las mercancías, que ha anunciado una huelga en los días previos a la Navidad por el alto precio del gasóleo, entre otros motivos. “La mayor parte de lo que se paga por el combustible son impuestos. Debería actuar el Gobierno”, defiende Juan Luis Feltrero, presidente de la patronal salmantina Aestradis. “Es una opción que está encima de la mesa, pero creo que va a ser complicado que lo acepte”, augura José Antonio Mateos, de Astasa.

La medida que reclaman empresarios y transportistas no sería inédita este año. El Ejecutivo aprobó el pasado junio una rebaja del IVA para intentar mitigar el disparado precio de la luz a los consumidores. El tipo impositivo bajó del 21% al 10% siempre que la potencia contratada no superara los 10 kilovatios y que el coste de la electricidad en el mercado mayorista estuviera por encima de los 45 euros por megavatio/hora. Iniciativa a la que ha seguido en septiembre la reducción del impuesto de electricidad, del 5,11% al 0,5%, y un recorte cercano al 30% de los costes regulados que gravan la factura.

El peso de los impuestos en el precio de los carburantes es evidente. Tomando como referencia el coste medio en septiembre —últimos datos oficiales—, el litro de gasóleo en Salamanca antes de la aplicación de los tributos era de 0,675 euros, por los 1,275 de venta al público. Es decir, el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos y el IVA suponían 60 céntimos más, el 47% de lo que pagan los conductores por repostar. En el caso de la gasolina, los tributos superan el 50% del precio.

Ascenso imparable

Aunque la tendencia la alza de los combustibles se arrastra desde el otoño pasado, ha sido en este año cuando ha ganado en intensidad. El gasóleo, por ejemplo, empezó en 1,12 euros y ya se encuentra en 1,42 euros por litro. En el caso de la gasolina 95 se ha disparado a 1,53 euros por litro, cuando empezó 2021 en 1,22. El incremento supera el 30% en un año y ha puesto en jaque al transporte. De hecho, para encontrar unos precios como los de ahora hay que remontarse a 2012. Entonces se alcanzaron los precios más altos de la historia en Salamanca, con 1,54 para la gasolina y 1,46 para el diésel.

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