Cirugía Plástica celebra la 'ley Sara': «No es infrecuente recibir complicaciones por culpa del intrusismo»

Los especialistas en Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital de Salamanca celebran la última orden del Ministerio de Sanidad que prohíbe todo tipo de cirugías a aquellos profesionales del sector estético que no tengan la especialidad MIR en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora u otra especialidad quirúrgica o médico-quirúrgica que incluya competencias en cirugía estética en su programa formativo oficial.

Se trata así de «poner coto al intrusismo laboral» que, en muchas ocasiones, deriva en grandes consecuencias para el paciente y una carga añadida para la sanidad pública. «No es infrecuente recibir complicaciones de pacientes por culpa del intrusismo», afirma la doctora Pilar García Cano, jefa de servicio de Cirugía Plástica y Reparadora en el Complejo Asistencial de Salamanca.

García Cano opina que «durante años este vacío legal ha sido utilizado para ejercer la cirugía estética por médicos sin título oficial y con gran inseguridad para los pacientes».

Las dudas que ahora se presentan son varias. La primera es delimitar los procedimientos que quedan reservados en exclusiva para los especialistas: ¿liposucción? ¿Retirar un lunar? ¿Inyectar botox?

En segundo lugar, en qué papel quedan los veteranos cirujanos que con la especialidad de Cirugía General han venido realizando retoques estéticos amparados por la ley.

Los Plásticos lo tienen claro: «El título de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora es una especialidad reconocida vía MIR con una formación hospitalaria de cinco años. Cirugía estética, cirugía cosmética, medicina estética o cosmética… No son títulos oficiales ni especialidades médicas. Su uso contribuye a la confusión de la población y los pacientes», apunta Pilar García.

El alegato de los especialistas no tiene intereses comerciales, puesto que su área de acción en la sanidad pública va más encaminada a «la reconstrucción de defectos congénitos, adquiridos, tumorales y traumáticos». Es decir, no compiten con las clínicas privadas de cirugía estética que, en efecto, asumen que su perfil de paciente es otro: el que busca retoques puramente estéticos y no de reparación.

Aún así, desde el Complejo Asistencial defienden que estas clínicas deben contar con profesionales especialistas para no tener que enmendar a posteriori las 'chapuzas' que pueda haber realizado alguien 'no profesional'.

500 cirugías. La demanda de la Cirugía Plástica y Reparadora es cada vez mayor en los hospitales españoles. En los quirófanos del Hospital de Salamanca se realizan cerca de 500 cirugías al año. En concreto, en 2023 fueron 496 pacientes intervenidos. «En consulta vemos más de 1.200 pacientes nuevos al año y realizamos más de 6.000 consultas», explica la responsable del servicio, Pilar García Cano.

Salamanca quiere acreditar una plaza de formación MIR. El Hospital de Salamanca ya ha solicitado al Ministerio de Sanidad la acreditación de una plaza de formación especializada para el servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. En Castilla y León se suelen formar entre dos y tres -dependiendo de la oferta- especialista cada año, pero no en el Hospital de Salamanca, que confía en contar con una plaza de cara a la convocatoria de 2026. «El número de plazas de formación vía MIR ha aumentado más de 40% en los últimos 10 años para poder hacer frente a las necesidades de especialistas», explica la doctora García Cano.

¿Por qué lo llaman 'ley sara'? Los cambios normativos introducidos por el Ministerio de Sanidad han sido bautizados como 'Ley Sara' dado que son consecuencia del fallecimiento en 2022 de una mujer que perdió la vida cuando se sometía a una liposucción realizada por un cirujano de otra especialidad diferente a la Cirugía Plástica. Su familia inició una campaña solicitando un control mucho más estricto sobre las clínicas y profesionales que practican este tipo de intervenciones y ponen en riesgo a los pacientes.

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