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Jueves, 18 de julio 2024, 19:08
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Transgresor, genuino, irrepetible... se acabarían los calificativos para describir a Chimo Bayo, un artista polifacético e intergeneracional que lleva casi 40 años defendiendo el género musical del que fue precursor y máxima figura representativa, el tecno. Los comienzos de su carrera están íntimamente vinculados a la 'Ruta del Bakalao' valenciana, donde miles de jóvenes rendían homenaje diariamente a la música electrónica.
Recientemente, ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Música y las Artes-Pop Eye al 'Mejor artista valenciano', y a sus 63 años, llega a Santa Marta de Tormes con 'Love The 90s' el próximo 20 de julio, con las ganas y las ilusiones intactas para seguir divirtiendo y emocionando con su música a sus seguidores.
Tengo entendido que de pequeño le gustaba cantar por Nino Bravo, pero su pasión era el motocross, ¿no es así?
—¡Sí! A mí me gustaba cantar pero en petit comité, con mi familia, en el colegio, y me encantaba mi paisano Nino Bravo, pero a lo que yo quería dedicarme realmente era al motocross, era mi sueño.
¿Y qué ocurrió con ese sueño?
—Un accidente lo truncó todo. Con 18 años, algo así es un palo muy grande. Tuve un gran trauma, ya que me había dedicado cuatro años a eso exclusivamente.
¿La música le sacó de aquel pozo?
—Sin duda, siempre lo digo, fue mi salvación. Yo estaba aislado de todo, pero empecé a descubrir la música y me apasionaba escuchar a artistas que no conocía. La música me salvó dos veces la vida, una cuando caí en ese drama y otra en la 'Ruta del Bakalao', porque no dejé de trabajar.
¿Cómo vivió la Ruta del Bakalao?
—Fue una época preciosa en la que, bueno, tenía que llevar mucho control de todo lo que hacía, porque eran muchas horas seguidas pinchando, había que ser muy profesional.
En el 92, decidió dejar la ruta, ¿qué ocurrió?
—Bueno, me desentendí de la ruta porque comenzó a ser una payasada elitista y comercial. Decidí tomar mi camino y fui el primer DJ que se subió a un escenario. Trabajé por toda España y luego me sumergí en otros proyectos televisivos, pero nunca dejé de pinchar.
A pesar de todo, ¿tiene buen recuerdo de esos años?
—Sin duda, la 'Ruta del Bakalao' pasó a ser cultura, algo que he defendido desde el principio. Fue un movimiento social irrepetible en el que la gente buscaba el placer del hedonismo; no ha habido ningún movimiento social espontáneo que haya representado la alegría y la diversión como lo hizo la 'Ruta del Bakalao'.
¿Qué queda del Chimo Bayo de aquella época?
—Todo, yo me siento el mismo chiquillo y conservo la ilusión intacta, es algo que no se puede perder nunca cuando te apasiona lo que haces. Me siento muy bien tratado y respetado por profesionales y por el público en general.
¿Cómo es su actividad musical en la actualidad?
—Sigo sacando canciones nuevas, animo a todos los que vayan a verme a Santa Marta a que escuchen estos días por ejemplo la de 'Así baila mi gente', que está disponible en todas las plataformas digitales. Además de la composición sigo actuando en festivales, sesiones, remezclo temas nuevos y míos también.
Habrá sentido la evolución de la tecnología musical...
—Sin duda. La tecnología ha avanzado de una manera brutal, y hay muchas más posibilidades para crear que en mis inicios, es algo maravilloso que te permite no dejar de pensar en evolucionar como DJ o showman.
¿Alguna vez ha renegado de su pasado?
—Nunca, y es algo que no he entendido que hagan otros artistas. Sigo pinchando e interpretando mis canciones de siempre. No se puede renegar de tus raíces y de dónde vienes. Hay que ser agradecido por seguir trabajando en lo que te gusta.
¿Qué va a encontrar el público que vaya a verle a Santa Marta?
—Se encontrarán con un 'tío' que viene del espacio exterior con una intro que pone la carne de gallina y después, según vea al público, tiraré por un sitio u otro. Yo intento observar mucho a las personas que me reciben, otra de las cosas que me hacen irrepetibles.
¿Qué puede que no sepa la gente de usted?
—¡Pocas cosas! (dice entre risas). Quizá que llevo 20 años con mi compañera de vida, que tengo una hija de 31 que también es DJ aquí en Valencia... Que estoy preparando una novela y un documental...
¿Se considera familiar?
—Mucho. Ahora lo que más me gusta es estar tranquilo. El personaje de Chimo Bayo últimamente se queda en su casa como refugio. Creo que hay dos grandes inventos en la vida, uno es el taxi y el otro el hotel; no hay mejor sensación que montar en el taxi para irte a descansar al hotel después de actuar (ríe).
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