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M. H.
Salamanca
Lunes, 5 de agosto 2024, 06:00
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La guerra de Rusia en Ucrania ha acelerado la inflación en toda Europa, con aumentos de precios en energía, materiales y alimentos que no se veían desde hace décadas y que en Salamanca se refleja en la cesta de la compra, que se ha encarecido de media un 50 por ciento en estos dos años y medio.
Productos básicos en la dieta mediterránea se han disparado en este periodo. El precio del azúcar, el aceite, el pan, el arroz, la fruta o la carne parecen no tener techo y complican a las familias la elaboración del menú diario. Azúcar, legumbres o productos derivados del pan han duplicado su valor en las tiendas y supermercados, y lo mismo ocurre con el aceite de oliva, que se ha convertido en un alimento «de lujo». Ni siquiera las medidas tomadas por el Gobierno al acabar la pandemia para reducir el IVA de los productos básicos de alimentación ha conseguido impedir que sigan siendo cada día más caros.
El pescado no ha tenido subidas de precios tan elevadas en estos dos años y medio, sin embargo el consumo ha caído. Las cifras ofrecidas por el ministerio de Agricultura, que hablan de un descenso de más del 35% del consumo, son corroboradas por las pescaderías salmantinas que reconocen que a pesar de que se encuentran algunos productos a precios similares a los de hace años, como por ejemplo el boquerón o el lirio, son muchas las familias que han reducido el consumo y lo limitan a uno o dos días a la semana.
La carne sí ha experimentado fuertes subidas de precio. El encarecimiento del pollo ha sido de más de un 30 por ciento y el del cerdo despiezado se eleva hasta el 50 %. El cordero y la ternera también han subido, principalmente lo hicieron durante 2023 y a lo largo de los últimos meses parecen haberse mantenido los precios. Lo mismo ocurre con la fruta y la verdura, si bien es cierto que en el caso de estos productos frescos uno de los condicionantes para comprender la oscilación de los precios es la climatología.
Además de la alimentación, los productos de aseo personal y limpieza también se han encarecido notablemente. La aparición de marcas blancas ha posibilitado que las familias tengan nuevas opciones más baratas para poder satisfacer estas necesidades. Las subidas de los precios se han movido entre el 30 y el 50 por ciento a lo largo de estos dos años y medio.
Las subidas de precios desde que estallara la Guerra de Rusia en Ucrania han sido similares a las que los ciudadanos han tenido que soportar en una década completa y han traído consigo el cambio de los hábitos alimenticios de muchas familias salmantinas con un menor consumo de pescado.
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