La Catedral, de nuevo en obras desde la próxima semana

Medio año después de concluir la rehabilitación de la lonja norte y acondicionar su espacio interior como una baño público, las obras vuelven a la Catedral. Si no se produce ningún imprevisto, la próxima semana comenzarán los trabajos para ampliar uno de los espacios patrimoniales preferidos por salmantinos y turistas, la exposición Ieronimus. Según ha asegurado a este periódico el deán de la basílica, Antonio Matilla, una vez pasadas las celebraciones de la Asunción —este jueves, 15 de agosto— comenzará la instalación de una andamio de más de 40 metros en la fachada principal de la seo, la que se encuentra en la calle Benedicto XVI.

En paralelo a la «revolución tecnológica» que se ha proyectado para actualizar Ieronimus, se desarrollará la restauración y puesta a punto, para la apertura al público, de la bajocubierta de la nave central del complejo catedralicio, la estancia que se encuentra entre la cara oculta de las bóvedas de crucería y el tejado. El acceso a este espacio se sitúa justo en la terraza que se encuentra sobre la fachada del Nacimiento. Resulta imposible subir hasta ese punto por las estrechas escaleras de caracol con los materiales de obra necesarios para esa intervención. Por ello, se instalara un andamio de más de 40 metros frente a esta fachada y que llegará hasta una altura superior a la terraza para que las obras no interfieran en las visitas a la exposición.

Después de que el pasado 28 de julio el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y el deán firmaron el convenio de colaboración para acometer nuevas intervenciones en Ieronimus, el Cabildo ha contratado a la empresa zamorana que se encargó de la restauración de la iglesia de San Martín de Tours para este trabajo en la seo. Además del andamio exterior también está previsto la instalación de otra estructura de obra dentro de la bajocubierta, sobre el extradós de las bóvedas más altas que pueden observarse en el interior de la Catedral Nueva. En esta sala, que previsiblemente se abrirá al público el próximo año, el visitante transitará por una pasarela que ya está instalada, pero además de restaurarla, en la estancia es necesario mejorar la iluminación. La propuesta expositiva para este lugar pasa por ofrecer una secuencia audiovisual con sonido envolvente y la proyección de un video mapping sobre las bóvedas, con el que crear un espacio sensorial para destacar el valor arquitectónico y constructivo, al tiempo que misterioso y poético, según apuntan fuentes municipales. La previsión, según apuntó el arquitecto Valentín Berriochoa, es que las obras, incluidas en el Plan de Sostenibilidad Turística, duren unos cinco meses con lo que prolongarán hasta principios del próximo año.

La ampliación de Ieronimus recogida en el convenio entre el Ayuntamiento y el Cabildo cuenta con un presupuesto de 471.000 euros. Esta incluida dentro del Plan de Sostenibilidad Turística, por lo que tendrá financiación del Consistorio, la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España. De ese dinero, las tres administraciones públicas aportan 321.000 euros, mientras que el Cabildo contribuye con los 150.000 restantes. No todo ese dinero se dirige a la rehabilitación de la bajocubierta, sino en torno a unos 250.000 euros.

La última ampliación de Ieronimus se acometió en 2013 cuando se permitió a los visitantes subir a las estancias más elevadas de la Torre de las Campanas. Fue en 2002 cuando se inauguró la muestra con un itinerario que permitía llegar hasta la Torre Mocha. En julio de 2003 se incorporó el triforio bajo de la Catedral Nueva, y en diciembre de 2004, la terraza de Anaya. No fue hasta 2006 cuando se abrió la pasarela hasta la Torre del Gallo.

Por otra parte, en 1974, bajo la dirección del arquitecto Fernando Pulín Moreno, se acometieron las obras de modificación de las cubiertas en la Catedral Nueva. Como se podrá ver en la bajocubierta, cuando se abra al público, se sustituyeron las antiguas estructuras de madera por otras nuevas de acero. En el nuevo espacio que sumará Ieronimus se pueden observar los restos de las antiguas vigas de madera que sostenían el tejado.

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