«Me ha cambiado la vida ir a la mejor universidad del mundo»
Rodrigo García y Ernesto Ramos recibieron de manos del rey las exclusivas becas de la Fundación «la Caixa» que les permitirán cursar un posgrado en las mejores universidades de Reino Unido y Suiza. Han sido seleccionados por su excelencia entre más de un millar de candidatos
Rodrigo García Martín y Ernesto Ramos Pérez comparten más que su origen salmantino y una vocación científica: ambos forman parte del selecto grupo de cien universitarios españoles que este año han recibido una de las becas de posgrado en el extranjero otorgadas por la Fundación «la Caixa». En una ceremonia presidida por Su Majestad el Rey en el CaixaForum Madrid, estos dos jóvenes han sido reconocidos por su excelencia académica y su potencial transformador.
Rodrigo García Martín, nacido en Salamanca y graduado en Arqueología por la Universidad Complutense de Madrid, estudia actualmente un máster en Estudios de la Evolución Humana en la Universidad de Cambridge. Para él, la arqueología no ha sido solo una elección académica, sino una pasión vital que le acompaña desde niño: «Siempre me ha interesado entender los procesos del pasado y cómo han ido construyendo el mundo en el que vivimos ahora. Empecé fascinado por Egipto, y me fui yendo más atrás en el tiempo, hasta llegar a los neandertales», explica con entusiasmo.
Su madre, también arqueóloga, fue clave en este recorrido. «Ella siempre me apoyó porque entendía la pasión que tenía», añade Rodrigo. Gracias a la beca, ha podido dar un salto decisivo: « Me ha cambiado la vida. Nunca me imaginé estudiando en el extranjero y menos en Cambridge, la mejor universidad del mundo en arqueología. Me ha abierto horizontes. Estoy aplicando técnicas de inteligencia artificial y modelado matemático al registro arqueológico, algo que no se hace en España».
Por su parte, Ernesto Ramos Pérez, natural de Almenara de Tormes, se enamoró de las matemáticas y la física en el IES Vaguada de la Palma. Fue uno de los primeros alumnos en cursar el Doble Grado en Física y Matemáticas en la Universidad de Salamanca. Actualmente estudia un máster en Computación Cuántica en la ETH de Zúrich, uno de los centros tecnológicos más avanzados del mundo.
«Durante la carrera cursé varias asignaturas relacionadas con la cuántica que despertaron mi interés, y mi estancia en el Instituto Max Planck confirmó que quería dedicarme a esto», cuenta. Para Ernesto, la computación cuántica no es solo una frontera científica, sino una herramienta para transformar la sociedad: «Puede cambiar la medicina, la seguridad de la información, e incluso permitir el desarrollo de ordenadores capaces de resolver problemas hoy inabordables».
La beca no solo le ha permitido acceder a uno de los programas más prestigiosos del mundo, sino que también le ha abierto una red de contactos internacional: «Más allá de lo económico, el valor está en la comunidad de personas con enorme potencial que forman parte de este programa», destaca.
Ambos vivieron con emoción el acto de entrega, un día lleno de simbolismo y reconocimiento. Rodrigo recuerda el momento como «muy emotivo», y destaca la importancia de estar rodeado de personas que comparten la pasión por el conocimiento. Ernesto, por su parte, lo resume así: «Fue un momento breve, pero cargado de significado. Me acordé de mi familia, mi pareja, amigos y profesores que me han acompañado en este camino».
En un país donde el talento joven muchas veces busca oportunidades fuera de sus fronteras, historias como las de Rodrigo y Ernesto son una muestra del enorme potencial que nace en nuestras aulas. Salamanca no solo ha sido testigo de su crecimiento, sino el punto de partida de dos trayectorias que, con la ayuda de esta beca, aspiran a cambiar el mundo.
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