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Lunes, 18 de febrero 2019, 19:34
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Los extranjeros lo tienen claro y eligen el comercio a la hora de montar un negocio. El número de autónomos en la provincia procedentes de otros países ha crecido en la última década un 17,35%, un crecimiento que ha sido posible a pesar de la menor actividad económica que existe en Salamanca respecto a las grandes capitales. De todos ellos, un 33,38% eligió el sector del comercio, seguido de la hostelería (19,97%) y la construcción (7,84%). Por el contrario, el pasado año solo dos emprendedores eligieron el sector inmobiliario, nueve se decidieron por las actividades artísticas y diez las financieras.
Según los datos facilitados a este diario por la Asociación de Trabajadores Autónomos de Castilla y León (ATA), desde 2009 se ha pasado de 674 afiliados autónomos extranjeros en la provincia de Salamanca hasta los 791 que se registraron a lo largo de 2018. Sin embargo, no siempre la tendencia ha sido al alza y ha habido años en los que se ha experimentado una ligera variación en negativo. De hecho, de 2017 a 2018 se perdieron 37 autónomos.
“Castilla y León no es una Comunidad que le resulte atractiva a los extranjeros porque suele ir a territorios donde hay más actividad económica, como las grandes capitales y zonas de costa, y la verdad que es una pena”, explica Soraya Mayo, presidenta de ATA Castilla y León.
Fue en 2017 cuando Salamanca alcanzó la mayor cifra de la última década con un total de 828 afiliados extranjeros en la provincia, un dato que no coincide con lo registrado en Castilla y León ese mismo año, ya que fue en 2017 cuando la Comunidad se convirtió en la segunda región de España que más autónomos perdió (2.591 menos) por detrás de Asturias.
Para lograr que este repunte se vuelva a repetir, Soraya Mayo incide en la necesidad de que aumente el intercambio de servicios y productos, ya que no atribuye esta ralentización a los problemas administrativos a los que tienen que hacer frente los emprendedores a la hora de conseguir todos los permisos necesarios para poner en marcha su negocio. “El papeleo para los inmigrantes es como al que se enfrentan los españoles. La Administración trata de agilizarlos y trata de hacer la vida más sencilla pero es cierto que a veces es lento. El trámite de la tarjeta de residencia es una cuestión de ámbito estatal y los plazos son para todos iguales. Luego ya lo que tengan que hacer en Castilla y León a nivel de permisos y de licencias es el mismo procedimiento que para un autónomo nacional”, destaca.
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