Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Miles de salmantinos que toman tratamientos anticoagulantes están pendientes de conocer si podrán recibir la vacuna de Pfizer frente al coronavirus, pese a que el propio laboratorio la desaconseja en este tipo de pacientes.
Desde el servicio de Hematología del Hospital de Salamanca se explica que, en efecto, existe “un riesgo mínimo” para estas personas, pero el mensaje es de tranquilidad: Se puede administrar la vacuna a estas personas si se toman una serie de precauciones.
El responsable de la unidad de coagulación del Hospital, José Ramón González Porras, explica que “los pacientes con alteraciones de coagulación presentan un mayor riesgo de sangrado tras una inyección intramuscular” y se da la circunstancia de que tanto la vacuna de Pfizer como la gran mayoría de la que se están preparando “se administran mediante una inyección intramuscular”.
“Diversos comités de evaluación de vacunas, como el sistema sanitario del Reino Unido, indican que las personas que reciben terapia anticoagulante (sintrom, warfarina o los nuevos anticoagulantes orales) o aquellas con un trastorno hemorrágico que contraindicaría la inyección intramuscular no deberían recibir la vacuna a menos que el beneficio potencial supere claramente el riesgo de administración”, argumenta el especialista del Hospital.
En Salamanca, apunta el hematólogo, hay cerca de 10.000 pacientes tratados con sintrom. ¿Significa que no van a poder vacunarse frente al coronavirus? La respuesta es que sí que podrán, pero siendo especialmente cuidadosos con ellos: “Este riesgo teórico existe, pero es mínimo si se siguen una serie de recomendaciones”.
Lo primero que debe hacer un paciente que vaya a recibir la vacuna de Pfizer en las próximas fechas es indicar que está tomando anticoagulantes. “Deberán tener un INR previo -para conocer su nivel de coagulación-, si el INR está alto deben esperar hasta que sea inferior a 3,5. Por otra parte, se debe utilizar una aguja del menor calibre posible y tras la administración debe realizarse una fuerte presión en el punto de inyección durante unos 5 minutos. Sin frotar ni masajear. No se prevé ningún efecto grave relacionado con la anticoagulación. Además, el paciente anticoagulado es un paciente con comorbilidad cardiovascular y el beneficio potencial de la vacuna supera claramente el posible riesgo de la administración. Recomiendo a los pacientes anticoagulados que se vacunen dado que la anticoagulación no puede ser motivo de exclusión de recibir la vacuna”, opina el doctor Borrás a pocos días del inicio de la vacunación en las residencias de ancianos.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.