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Un facultativo inyecta bótox en la nuca a una paciente.
Bótox contra el dolor de cabeza. El Hospital encuentra la fórmula

Bótox contra el dolor de cabeza. El Hospital encuentra la fórmula

Tras años de experiencia, el Complejo Hospitalario salmantino confirma su utilidad frente a la migraña

Lunes, 15 de abril 2019, 21:45

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Siempre se asoció el bótox a la cirugía estética. Inyecciones de bótox para mejorar las arrugas de expresión gracias a su capacidad de reducir la contracción de los músculos faciales. Hace tiempo que se empezó a dar una aplicación más original: bótox contra la migraña crónica, y tras varios años de experiencia “se puede afirmar que funciona”.

El neurólogo del Hospital de Salamanca Jesús Arcaya afirma que “con este tratamiento se ha observado una media de un 70% de mejoría en la frecuencia e intensidad de la migraña”. Han pasado más de un centenar de pacientes por la consulta del Complejo Asistencial y a 7 de cada 10 les ha ido bien.

El dolor de la migraña suele sentirse en forma de ‘latidos’ intensos en la zona orbitaria de la cabeza o en la frente. “Puede acompañarse de náuseas y vómitos. A veces el dolor de cabeza se precede de visión de puntos luminosos, dificultad para ver la mitad del campo visual, dificultad transitorio para hablar, etc. Es lo que se conoce como migraña con aura, y ese aura suele durar menos de una hora”, explicar el doctor Arcaya. La duración de la migraña sí se prolonga durante varias horas o incluso días.

“Tras realizar el tratamiento a más de un centenar de pacientes, observamos mejoría en un 70% de ellos”

Las personas que la sufren tratan de combatirla acostados, a oscuras y sin ruidos. Para saber si la migraña es crónica hay que fijarse en cuántas veces se repite: “Depende de cada paciente, pero lo habitual son una o dos al mes. En ocasiones son varias veces a la semana y son muy persistentes, por lo que en esos casos se trataría de una migraña crónica”. Es en esos casos cuando debe aplicarse un tratamiento preventivo con fármacos o con el bótox.

“La utilización de la toxina botulínica (bótox) suele reducir o evitar la medicación oral y sus efectos secundarios, y disminuir las bajas laborales. No precisa preparación y se realiza en consulta en unos quince minutos”, detallan.

Los especialistas destacan que supone un importante ahorro para las arcas públicas: “Teniendo en cuenta que solo habría que utilizar el protocolo tres veces al año, y que además se amortiza el gasto de otros medicamentos que el paciente puede dejar de tomar, al final viene a ser un tratamiento rentable para la sanidad pública, pero cabe recordar que solo en aquellos pacientes en los que esté indicado”.

Jesús Arcaya (Neurólogo del Hospital): “No tiene riesgos de importancia, siempre que sea realizado por un neurólogo experto”

El doctor Jesús Arcaya destaca que la utilización del bótox para tratar la migraña no presenta riesgos ni efectos secundarios agresivos. “Es un tratamiento que no tiene riesgos de importancia y apenas produce efectos secundarios. Si los hubiera, en todo caso serían transitorios, siempre y cuando sean realizados por un neurólogo experto”.

El especialista pone en relieve que se trata de un problema más generalizado de lo que se piensa: “Afecta prácticamente a una de cada 10 personas adultas, y es más frecuente en mujeres jóvenes y de mediana edad, lo que ha disparado los costes por pérdidas de productividad laboral, ascendiendo a más de 2.000 millones de euros anuales en España. No hay un tratamiento curativo definitivo, pero sí tenemos tratamientos preventivos y analgésicos para aliviar las crisis de dolor”, concluye.

¿Cómo se hace?

“Existe un protocolo que llevamos aplicando desde hace más de cuatro años en el servicio de Neurología del Hospital de Salamanca y con muy buenos resultados”, afirma Jesús Arcaya. El procedimiento consiste en inyectar “cinco unidades de toxina en cada uno de los 35 puntos del cuero cabelludo de la cabeza. Las inyecciones son subcutáneas, y realizadas con una aguja muy fine y pequeña se toleran muy bien. El protocolo se realiza cada tres o cuatro meses. Si durante el primer año se observa mejoría, se repite de forma indefinida”.

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