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Ana Blandiana (Timisoara, Rumanía, 1942) poeta, prosista y ensayista de excepción ha vuelto a Salamanca este martes para participar en las jornadas organizadas por la Facultad de Filología tras la reciente entrega del Premio Princesa de Asturias de las Letras, propuesta por la Universidad de Salamanca que ya le concedió el honoris causa.
En su regreso al Estudio salmantino, la escritora se ha mostrado muy agradecida con el reconocimiento que le ha dado la Universidad. «La palabra gratitud no expresa todo, se queda corta cuando hablo de la Universidad. Me entregó el honoris causa y solicitó mi candidatura para el Premio Princesa de Asturias«. En este apartado, ha querido tener un apartado especial para sus traductores, Viorica Patea, Natalia Carbajosa y Jaime Siles, vinculados todos ellos a la Universidad de Salamanca, y responsables de que su obra se haya traducido al español. «Lo que la gente ha leído no son mis palabras traducidas de forma mecánica, sino que son autores de un nuevo idioma», ha expresado tras reconocer su relación de amistad con todos ellos.
A modo de ejemplo, ha reconocido que recientemente se ha traducido su obra al chino y no conoce la traducción ni al traductor. «Me ha llegado una publicación de la que solo mi nombre está en alfabeto latino. Parece el Libro Rojo de Mao», ha bromeado. De hecho, ha señalado que gran parte del éxito se debe a estas traducciones.
Sobre la difusión de su obra, que empezó de forma clandestina, ha señalado que Salamanca tiene gran parte de la culpa de su difusión en Europa y de haber encontrado ese vínculo. «Durante 45 años hemos sido recortados de la historia de Europa y lo único que soñábamos es que se restableciera ese vínculo con Europa. Salamanca es el lugar en el que ese vínculo se ha restablecido»
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