Así revivió Salamanca el banquete de bodas de Felipe II

Julio Vallés explicó a los comensales la historia que escondía cada uno de los platos antes de comenzar el banquete. “La gastronomía del Siglo de Oro era muy barroca”, declaró. Los invitados comenzaron disfrutando de perniles de cerdo con nueces, dátiles y manzanas camuesas, un aperitivo que iniciaba las comidas en aquella época. Continuaron con un pastel de carnes de cerdo, un producto muy popular ya que empleaba carnes con grasa. El tercer plato fueron unas lentejas estofadas con hortalizas, la comida típica con la que se alimentaba el personaje de ficción de Cervantes, don Quijote de la Mancha. “Los médicos las prohibían en la época porque decían que provocaban locura”, manifestó el historiador gastronómico.

El salpicón de vaca se convirtió en la cuarta elaboración con las sobras del cocido, más tocino y cebolla. Siguieron con gigote de carnero, un plato de categoría realizado con pierna de cordero. También disfrutaron de almojábanas, una empanadilla rellena de queso, miel y canela; de tajaditas de dulce de membrillo; y de molletas, una torta de pan redonda. Para terminar: queso y aceitunas, ya que en el siglo XVI estos alimentos se consideraban el fin de cualquier aperitivo. Vinos blancos de la Sierra de Salamanca y rosados completaron el menú.

“Soy de Madrid y estoy aquí con mi pareja. Nos enteramos de la fiesta buscando en internet actividades relacionadas con este siglo ya que viajábamos a Salamanca. Me ha gustado mucho la forma en la que nos han contextualizado todo el menú y pienso que lleva mucha documentación detrás”, manifestó la comensal Blanca Rivera. “Nos enteramos del banquete gracias a un compañero que también hace teatro y decidimos apuntarnos y vestirnos”, expresó la actriz Marina Galán, que formaba parte de un grupo de teatro que aprovechó algunos trajes de sus obras para la ocasión.

La velada histórica estuvo amenizada con danzas tradicionales entre los platos gracias a Chiara Stella, un grupo vallisoletano de recreación y danza renacentista. “Nos hemos formado con prestigiosos bailarines e investigados expertos en la danza del siglo XVI y nuestros trajes son confeccionados según retratos originales de la época”, aclaró Pilar Martín, integrante del grupo.

Los beneficios recaudados del menú serán destinados a obra benéfica para el Colegio de Armenteros de Salamanca.