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Jueves, 15 de mayo 2025, 05:00
¿En qué momento se encuentra el CIALE-AGRIENVIRONMENT?
—Nos encontramos en un momento de consolidación y proyección. Desde nuestra creación en el año 2000, el CIALE ha crecido tanto en recursos humanos como en líneas de investigación, y la constitución de la Unidad de Excelencia «Agrienvironment» nos ha permitido dar un paso más, atrayendo nuevo talento y ampliando nuestras capacidades para afrontar retos clave del sector agroalimentario. Hoy somos centro de referencia en agrobiotecnología en Castilla y León y uno de los más dinámicos a nivel nacional.
¿Cuáles son los objetivos más importantes que se ha marcado el centro a corto y medio plazo?
—A corto plazo, buscamos seguir desarrollando soluciones sostenibles que mejoren la producción agrícola y reduzcan el impacto ambiental, sobre todo en un contexto de cambio climático y escasez de recursos. A medio plazo, nuestro objetivo es reforzar nuestra colaboración con empresas agrobiotecnológicas y administraciones, transferir aún más conocimiento al sector productivo, formar y atraer nuevos investigadores y consolidar al CIALE como un nodo estratégico de innovación agrobiotecnológica en España.
¿Qué líneas de investigación están desarrollando actualmente en el centro?
—En el CIALE desarrollamos una investigación que abarca desde la ciencia más básica hasta la más aplicada, siempre orientada a dar respuesta a los desafíos actuales de la agricultura. Trabajamos en varias líneas, pero destacan tres grandes áreas: el estudio de las plantas, de los microorganismos que las rodean, y de los recursos hídricos. Investigamos cómo las plantas responden al estrés ambiental o a los patógenos, y cómo podemos ayudarlas a adaptarse. También trabajamos en la búsqueda y utilización de microorganismos beneficiosos que actúan como biofertilizantes o agentes de control biológico, ayudando a reducir el uso de productos químicos. Además, estudiamos los requerimientos de agua de los cultivos para hacer un uso adecuado de la misma, mediante el empleo de sensores y satélites.
¿Cómo se transfiere el conocimiento generado en el CIALE a la sociedad?
—La transferencia es una parte esencial de nuestra actividad. Buscamos que nuestros resultados lleguen al campo, a los agricultores, y a la industria agroalimentaria. Para ello utilizamos varias vías: por un lado, protegemos los resultados de nuestras investigaciones mediante patentes, y posteriormente esas patentes se transfieren a empresas para su aplicación directa. Por otro lado, participamos activamente en proyectos de colaboración con empresas del sector, tanto nacionales como internacionales. Estos proyectos, permiten que la empresa financie parte de la investigación y que se desarrollen soluciones adaptadas a sus necesidades. Finalmente, las cátedras de empresa, como la Cátedra «Mirat. Nutrición Vegetal Eficiente» que tenemos en el CIALE, permiten fomentar la investigación aplicada y abrir debates sobre las necesidades del sector y las soluciones que podemos aportar los investigadores.
¿Podría destacar alguno de los proyectos más innovadores en los que están trabajando actualmente?
—Resulta difícil destacar un único proyecto porque todos nuestros trabajos tienen un componente innovador y responden a retos actuales. Sin embargo, a modo de ejemplo, puedo mencionar el proyecto centrado en el estudio del microbioma de las plantas para reducir el uso de fertilizantes químicos, que son contaminantes.
¿Qué tipo de cultivos o sistemas agrarios son los protagonistas en sus investigaciones recientes?
—Trabajamos principalmente con cultivos de alto valor para Castilla y León, como cereales (trigo, maíz), leguminosas (lenteja, garbanzo) y tomate, este cultivo más como sistema modelo para interacciones moleculares microorganismo-planta, pero también realizamos estudios de especies forestales y de cultivos emergentes como es el caso del amaranto. Colaboramos en sistemas de cultivo extensivo, donde aplicamos soluciones biotecnológicas que ayudan a mejorar la productividad sin comprometer el medio ambiente.
¿Están abordando el impacto del cambio climático en los ecosistemas agrarios?
—Sí, sin duda. El cambio climático afecta directamente a la agricultura, y por eso muchas de nuestras investigaciones están orientadas a entender cómo las plantas responden al estrés térmico o hídrico, y cómo se puede modular esa respuesta para que los cultivos sean más resistentes. También estudiamos cómo optimizar el uso del agua, un recurso cada vez más escaso, y cómo reducir el impacto de enfermedades emergentes que proliferan con las nuevas condiciones climáticas.
¿Cuáles considera que son los principales retos a los que se enfrenta hoy la industria agroalimentaria española?
—Entre los retos más importantes están la necesidad de producir más con menos recursos, reducir el uso de productos químicos, adaptarse al cambio climático y responder a las demandas de los consumidores, cada vez más preocupados por la sostenibilidad. Todo esto requiere una apuesta decidida por la innovación, y ahí es donde centros como el nuestro pueden jugar un papel clave.
¿Qué impacto tendrán los aranceles internacionales en el sector agroalimentario?
—Los aranceles pueden afectar tanto a nuestras exportaciones como a la competitividad de nuestros productos. Si nuestros productos tienen que competir en mercados internacionales donde se les aplican aranceles altos, se encarecen frente a productos locales o de otros países con acuerdos comerciales más favorables y esto reduce nuestra competitividad. Una forma de contrarrestar este efecto es apostar por productos de alta calidad, sostenibles y diferenciados.
¿Cree que se está invirtiendo lo suficiente en investigación para afrontar estos desafíos?
—La inversión ha mejorado en los últimos años, pero todavía está lejos de lo que se necesitaría para dar respuestas rápidas y eficaces a los grandes desafíos del sector agrario. Es fundamental entender que cada euro invertido en ciencia es una inversión en el futuro: en seguridad alimentaria, en sostenibilidad, en empleo de calidad y en competitividad para el sector agroalimentario.
¿Qué papel tienen los centros como el CIALE en el planteamiento de políticas agrarias sostenibles?
—Somos un actor esencial. Nuestro conocimiento científico permite tomar decisiones basadas en evidencias, tanto para mejorar las prácticas agrícolas como para diseñar estrategias de producción y protección de cultivos más seguras, eficaces y sostenibles. Además, trabajamos directamente con el entorno agrícola y con empresas, lo que nos permite conocer de primera mano los problemas reales del campo y proponer medidas ajustadas a las necesidades del sector. La agricultura del futuro no puede desligarse de la ciencia, y nosotros estamos aquí para tender ese puente entre la investigación y el campo.
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