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El hombre de 74 años que estaba hospitalizado en Madrid a causa de la picadura de una garrapata infectada por la enfermedad de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo falleció este fin de semana en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital público La Paz. Un deceso que, en lo que va de año, se suma al registrado en el Hospital de Salamanca el pasado mes de mayo: un hombre de 80 años, residente en Salamanca, que había practicado senderismo en días previos en la zona fronteriza con Portugal, donde fue mordido por una garrapata del género «Hyalomma marginatum».
El aumento de casos relacionados con las picaduras de garrapatas ya hace que la población extreme las precauciones cuando van a salir al campo o a zonas con presencia de estos insectos. Por otra parte, los dueños de mascotas también están prestando más atención a la salud de los animales y a la posible presencia de garrapatas.
Desde el Colegio de Veterinarios de Salamanca se confirma que «la población es más sensible y está más dispuesta a tomar medidas viendo que en Salamanca ya ha habido dos casos en poco tiempo», apunta el presidente del Colegio, Antonio Rubio.
Las clínicas veterinarias consultadas por este diario ratifican un aumento en la venta de pipetas y pastillas anti parásitos para perros. «Por lo general, la gente se lo toma en serio durante estos meses del año, pero sí a alguno se le había olvidado, estas noticias le ayudan a recordarlo y la verdad es que en los últimos días hemos vendido algo más que de costumbre».
Los veterinarios destacan la importancia de ser exhaustivos con las mascotas. «El perro, que es el animal más cercano a las personas humanas, actúa como reservorio de vectores como, por ejemplo, la enfermedad de Crímea-Congo. La infección por la picadura pasa desapercibida en el animal. En cambio, si una garrapata que haya picado al perro luego salta a un humano, sí que le puede producir la enfermedad de Crimea-Congo», detalla Antonio Rubio.
El mecanismo de las pastilla anti-garrapata es sencillo: los ingredientes de la pastilla pasan al torrente sanguíneo del animal y si la garrapata se alimenta de su sangre, muere rápidamente: en un periodo de entre 4 y 12 horas.
Otro método muy utilizado son las pipetas: unos pequeños envases que contienen un líquido que se esparce por la piel del animal. El líquido emite un olor muy desagradable para los parásitos, lo que evita que se incrusten en la piel o, en el caso de haberlo hecho, morirían porque la piel absorbe los ingredientes y también son tóxicos para estos animales parasitarios.
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