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Salamanca se pone en marcha por una cura para la diabetes

Salamanca se pone en marcha por una cura para la diabetes

Medio millar de personas se suman al recorrido solidario con esta enfermedad

C.A.S.

Viernes, 10 de noviembre 2017, 06:00

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Son padres que pasan las 24 horas del día, los 365 días del año, pendientes de sus hijos literalmente. Los niños diabéticos necesitan controles de los niveles de glucosa antes y después de comer y varias veces por la noche, sumado a las inyecciones de insulina y el seguimiento en caso de hipoglucemia o de subidas de azúcar derivada de los estados de ánimo, una riña o un enfado. Un seguimiento continuado e intenso que se hace “duro” para muchos padres como reconocen Carolina Paniagua o Laura García que detectaron pronto la enfermedad en sus hijos por la sintomatología: necesitan beber agua constantemente, orinan mucho y aunque coman mucho, adelgazan y están cansados.Para dar visibilidad a la diabetes y recaudar fondos para la investigación de una cura de la enfermedad, medio millar de personas se sumaron este domingo a la marcha solidaria por la diabetes de Salamanca, que partió de la Plaza Mayor hasta el parque Elio de Nebrija donde tuvo lugar una clase de zumba antes de la comida benéfica con presencia de más de 200 personas. Los fondos recaudados en el almuerzo junto con los 1.700 euros donados el miércoles en un torneo de pádel se destinarán íntegramente a la Fundación Diabetes Cero en España que financia varios proyectos de investigación en España para encontrar una cura.Ana, madre de Lucía, niña con diabetes desde hace menos de un año, no quiso faltar a la marcha arropada por toda su familia. “A mi hija le llegó tarde, a los 12 años, y sin antecedentes familiares. Un día se puso mala del estómago y bebía mucha agua y orinaba. A la cuarta noche así, se lo miraron y salió”, explica Ana, que confiesa que “va aprendiendo poco a poco”. Por suerte, Lucía convive con una bomba de insulina que le administra la sustancia de forma cómoda.En la caminata, presencia también de diabéticos como Herminia Bueno, que convive desde hace 25 años con la enfermedad y aunque tiene un “sensor” de los niveles de glucosa que le facilita la vida, confiesa que eso “no le mejora nada”. “Hace falta seguir luchando”, reivindicaron en la marcha.

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