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Domingo, 4 de julio 2021, 23:10
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Estar en contacto con la gente de la parroquia, verse y relacionarse con ellos para, al menos, recordarse. Ese era el objetivo de Leo Ramos, sacerdote de una decena de parroquias de La Armuña, que se hizo popular por retransmitir misas desde la camilla de su casa durante el confinamiento. Ahora, la situación ha cambiado. El regreso de fieles a los templos junto a los escasos recursos del medio rural han truncado la continuidad del proyecto.
–¿Por qué decidió empezar a retransmitir misas desde su casa?
–Pensé que iba a tener que estar metido en ella y tampoco se sabía cuanto tiempo iba a durar eso. El estar sin contacto con la gente fue una de las cosas que me motivó a ello puesto que las misas es más que eso. Allí te relacionas con la gente, nos vemos unos a otros y, al menos, nos recordamos.
–¿Cuál era su objetivo con esas misas desde la camilla?
–Mi objetivo era seguir teniendo contacto con los feligreses de los pueblos, no competir con ninguna otra retransmisión. De esta manera se hace más personal, ya que se pueden dedicar las intenciones o las eucaristías a vecinos. Hay más empatía y cercanía.
–¿Ha pensado emitir ahora la misa desde las parroquias?
–Sí, he pensado hacerlo desde las iglesias que llevo, pero no lo he hecho por cuestiones prácticas. No en todos los pueblos hay buenas conexiones para hacerlo, en casa utilizaba la red wifi y, ahora, para hacerlo necesitaría buenos medios y no en todos los municipios se dan esas circunstancias. Junto a mi compañero llevo diez pueblos y quiero darle a todos lo mismo, igualdad. No podría llegar a todos. También se requiere de calidad, es mejor no hacer nada que hacer algo que deje de desear.
–¿Cómo fue la acogida durante el tiempo que duró?
–Tuvo una acogida muy buena, mejor de lo que yo hubiera pensado. En estos pueblos pequeños se corre rápido la voz y, finalmente, fue más allá de lo que imaginé.
–¿Por qué decidió terminar de hacerlo?
–Terminé después del confinamiento porque ya no tenía sentido. Pensé que después de eso era mejor volver a hacerlo presencial que a través de una pantalla y esperemos que no tenga que volver a hacerlo, al menos por esta razón.
–¿Qué le dicen los vecinos de los municipios?
–Más de un año después aún me lo recuerdan. Me ven y me siguen diciendo que durante la pandemia me veían y me lo agradecen, no deja de ser el cura de tu pueblo que está diciendo misa y no alguien a quien no conoces.
Leo Ramos, que comenzó con la “misa camilla” con lo que tenía en casa y sin más medios que su teléfono móvil llegó, al principio, a tener que pedir suscriptores para poder emitir en YouTube. Sin embargo, con el tiempo algunos de sus vídeos de la plataforma audiovisual acumulan entorno a 800 visualizaciones, todo un récord para este sacerdote de La Armuña.
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