El pueblo de Salamanca en el que la virgen se ha vestido de luto dos veces por la muerte de los papas

La Virgen de la Misericordia de Peñaranda de Bracamonte ya luce vestida de luto tras el fallecimiento del papa Francisco. Moisés Pérez, presidente de la Hermandad de Cofradías y hermano mayor de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Jesús con la Cruz a Cuestas y de su Madre, la Santísima Virgen de la Misericordia, fue el encargado ayer de vestirla de negro, tras decretarse nueve días de luto.

Este feligrés peñarandino lleva toda una vida vistiendo a la Virgen. «No hace falta ir a la universidad para vestir a la Virgen», confiesa, al ser preguntado sobre cómo aprendió. «Eso va con el gusto de la persona», añade cuando se le consulta por su criterio a la hora de elegir las vestiduras.

En esta ocasión, el luto ha sido confeccionado por el propio Moisés Pérez, utilizando una sencilla tela negra.

La Virgen de la Misericordia fue adquirida por la cofradía de los Nazarenos en el año 2007 y, desde entonces, ha sido vestida de luto por la muerte de dos papas: en 2022 por el fallecimiento de Benedicto XVI, y ahora por el Papa Francisco.

Moisés también fue el encargado de vestir a la Virgen de blanco con motivo de la Pascua. Durante la Semana Santa, la Virgen lució su atuendo de gala en negro, y el Lunes Santo portaba vestiduras oscuras para el acto de penitencia en el cementerio. Durante la Cuaresma, la Virgen se vistió de hebrea. El próximo domingo, segundo de Pascua, se espera que luzca el tradicional atuendo malva, en la fiesta de la Misericordia.

Además de vestir habitualmente a esta imagen, Moisés Pérez también lo ha hecho, en distintas épocas, con la Virgen de las Lágrimas y la Soledad.

El fallecimiento del papa ha afectado profundamente a Moisés, quien confiesa que la noticia le ha causado «mucho dolor».

No solo ha vestido a la Virgen, sino que muchas de las imágenes de la Semana Santa peñarandina —como la Virgen de las Lágrimas, el Nazareno de la Cruz, el Nazareno de Medinaceli y la Soledad— fueron adquiridas por iniciativa suya.

«Nuestro fundador, Agustín Martínez Soler, que era muy mariano, quería que en cada cofradía hubiera una Virgen. No le dio tiempo a hacerlo porque murió muy pronto», recuerda con emoción Moisés Pérez.