El verde oliva cubre las calles más bellas de Ciudad Rodrigo

Así es como, en este paso, los cofrades presentaron a Jesús, implorando entre las ramas de olivo. Después de abrirse paso desde su sede, en la propia iglesia de El Sagrario, el periplo, ya caída la noche, que le otorga al paso un matiz de intensidad, se encaminó a su destino cruzando con solemnidad la calle Cardenal Pacheco, Plaza de San Salvador, Díez Taravilla, Colada, Plaza Mayor, Rúa del Sol, Gigantes, Arco, Campo del Pozo, Plaza Poeta Cristóbal de Castillejo, San Juan, Colegios, Velayos, Sánchez-Arjona, nuevamente Plaza Mayor, Julián Sánchez el Charro, de nuevo Cardenal Pacheco y, por último, de nuevo en el hogar de la imagen y la cofradía, la parroquia de El Sagrario, dejando atrás una estela de oscuros presagios y momentos de inquietud.

Miróbriga vivió con sobrecogimiento estos momentos de malos presagios, de una estremecedora Pasión inminente, en la que el sudor se convirtió en sangre y un ángel surgió entre los olivos. El verde fue el color que dio vida a los dos pasos de los cofrades, que lucieron en las impactantes estampas del entorno de la catedral.