Tumultuoso encierro a caballo en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo

El encierro a caballo del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo estuvo marcado por el frio, la lluvia y las incidencias. La segunda cita de este periplo de encierros fue intensa, rápida en algunos tramos y con la emoción y los nervios a flor de piel en más de una ocasión. A pesar que el día amaneció con una temperatura baja, pero con sol, las nubes no tardaron en aparecer y descargar una lluvia intermitente tanto en duración como cantidad.

El encierro comenzó con retraso debido a una incidencia médica. En la zona del registro un varón de 51 años sufrió una parada cardiorrespiratoria que obligó a los integrantes de Cruz Roja y del 112 a realizar en el mismo lugar una reanimación con desfibrilador y abrir las puertas del recorrido para que una ambulancia desplazara a Salamanca a esta persona.

El anuncio del retraso del encierro se hizo a través de megafonía y unos minutos después, se avisaba que el recorrido estaba libre y por tanto se reiniciaba la carrera. Los caballistas volvieron a preparar a la manada en la finca de Casasola e iniciaron con rapidez su viaje hasta la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo. La zona de campo se caracterizó por su velocidad y peligro en algunos tramos, como la zona de la ermita donde un corredor fue atropellado por algunos caballos , sufriendo un traumatismo craneoenfálico y siendo enviado directamente al hospital de Salamanca. Aún en el campo, otro caballista cayó de su montura y fue arrollado, siendo en esta ocasión llevado a la enfermería de la plaza con politraumatismo.

Una vez en la zona urbana, la Avenida de Foxá recibió una mana fragmentada, con varios caballos abriendo el camino y un buey destacado del grueso principal, que en ese tramo estuvo dividido en dos grupos de garrochistas que, eso sí, mantuvieron la velocidad y que aprovecharon la longitud de la recta para casi enlazar a los animales a su paso por el Árbol Gordo. Sin embargo, uno de los ejemplares de Guadajira perdió fuelle desde la entrada a la ciudad y quedo muy rezagado, momento que los mozos aprovecharon para tratar de correr delante de sus astas, secundados por los caballistas que cerraban el encierro.

La manada pasó la calle Madrid rozando las agujas y desembocó agrupada en la Plaza Mayor, recibida con gran expectación por el público, que tuvo que aguardar la llegada del último astado que remoloneó en su paso hasta los toriles, cerrando el encierro a las 12:10 horas, una duración de 40 minutos. El parte de lesiones se cerró con una persona con contusión en la rodilla, siendo tratado en la enfermería.

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