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Imagen del estado de la iglesia del Pilar y San José, conocida vulgarmente como el templo de Monte Mario o de Los Pinos, en el barrio de Los Praos en Béjar. TEL
SOS para la iglesia del Monte Mario: se busca frenar su paulatino estado de degradación

SOS para la iglesia del Monte Mario: se busca frenar su paulatino estado de degradación

Se cerró al culto en el año 2016 y ahora el Ayuntamiento de Béjar y el Obispado de Plasencia han iniciado los contactos para dar un uso al templo

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Sábado, 22 de mayo 2021, 12:24

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Si hace décadas, la algarabía, los aplausos, las felicitaciones y los “sí quiero” resonaban en la iglesia del Pilar y San José de Béjar, ahora el silencio se ha apoderado de ese templo.

Dos años después de la apertura del centro parroquial de San Miguel en 2014, esa iglesia quedó cerrada al culto siento objetivo de los vándalos para hacer pintadas.

Desde entonces, en 2016, el templo permanece cerrado y sin uso y sometido a un estado de abandono para el que, ahora, el Ayuntamiento de Béjar y el Obispado han reanudado las conversaciones. El objetivo no es otro que buscar una solución para ese templo y darle una utilidad para frenar su paulatina decadencia.

La visita del vicario económico y delegado de Patrimonio de la Diócesis de Plasencia, Antonio Luis Galán, a Béjar el pasado martes 11 de mayo permitió mostrar la preocupación del Obispado por el templo en una inquietud a la que también se sumó el Consistorio. La alcaldesa de la ciudad, María Elena Martín, ha confirmado haber hablado con el delegado de Patrimonio sobre el templo y su estado. De hecho, ha reconocido que “es un edificio que se está perdiendo y tiene una calidad impresionante” por lo que se le puede dar un contenido “aunque no sea religioso con otras opciones”. En cuanto al Obispado, Galán ha confirmado que se han iniciado las conversaciones para encontrar una solución para el templo.

También como parte implicadas, la familia del empresario ha afirmado que “nos hubiera gustado de que se hubieran tomado medidas antes” en un sentimiento como “familiares y bejaranos” porque “tenemos la sensación de que, en los últimos años, no se le ha cuidándolo suficiente”, afirmó su nieto Álvaro Muñoz. Además, ha recordado su abuelo proyectó la iglesia, el atrio, las escaleras y las filas de cipreses como un conjunto que pasó a manos de la Diócesis en 1975. También quiso tender la mano al Consistorio y la Diócesis para colaborar en la búsqueda de una solución teniendo en cuenta que la familia opta porque se mantenga el uso inicial.

Y así, la iglesia de Monte Mario aguarda en silencio el momento de reabrir sus puertas para recibir al público después de años sin uso. Será la forma por la que el recuerdo de Mario Emilio Muñoz siga vivo a través de su legado, presente aún en una iglesia tan querida por los bejaranos pero tan olvidada por las instituciones.

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