Sorihuela disfruta de los típicos calbotes pese al mal tiempo

El mal tiempo no ha sido impedimento para que los vecinos de Sorihuela se congregaran por la tarde para disfrutar de las tradicionales castañadas asadas. Eso sí, la casa de cultura fue el refugio para que los vecinos disfrutaran de los típicos calbotes, propios del día de Todos los santos en las sierras del sur de la provincia.

El fuego para asar las castañas se preparó en la calle, a la entrada de la casa de cultura. Unos vecinos preparaban la lumbre, mientras otros cortaban las castañas, que eran salmantinas de El Cerro, para que no explotaran con el calor y, otros preparaban los cucuruchos de papel donde se repartirían después las castañas calentitas. Era un día desapacible, pero poco a poco se fueron acercando vecinos de diferentes edades para saborear las castañas con la actividad que cerraba la jornada del día de Todos los santos en Sorihuela. Unas celebraciones que habían comenzado por la mañana con la santa misa y el posterior responso por parte del párroco en el cementerio de la localidad.

Mientras se preparaban las castañas, los vecinos allí congregados aprovechaban para recordar viejas anécdotas de las calbotadas que se preparaban en el pueblo cuando, tal día como el 1 de noviembre, los jóvenes salían al monte para asar las castañas. Costumbres que, pese a la evolución de los tiempos, se resisten a morir aunque sea con la castañada popular impulsada desde el Ayuntamiento.

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