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Domingo, 9 de agosto 2020, 23:18
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Si de algo puede presumir la provincia de Salamanca ante toda España es, sin duda alguna, de la historia, la cultura y el patrimonio que atesoran sus pueblos, villas y ciudades. Basta con pasear por cualquier rincón de su vasta provincia para toparse con verdaderas y auténticas joyas que rezuman vivencias de un pasado que a día de hoy se han convertido en auténticos emblemas de una tradición transmitida de generación en generación. Son los llamados Conjuntos Históricos, diecisiete lugares con encanto (dieciséis de ellos municipios) que la Diputación de Salamanca, patrocinadora del concurso “Así somos en mi pueblo” de LA GACETA, visualiza y promociona a través de una serie de rutas.
Y es que pocas provincias españolas pueden presumir de contar con tan vasta, rica y singular lista de Bienes de Interés Cultural_(BIC) en la categoría de Conjuntos Históricos. Y no viene de ahora, sino de hace ochenta años (1940), cuando el pueblo serrano de La Alberca, todo un icono turístico de la provincia, inauguraba esta selecta lista en toda España. Desde entonces son otras quince localidades, más el camino histórico de la Calzada de la Plata —la mitad de todas las existentes en Castilla y León—, las que se han sumado a este grupo que a día de hoy marcan el devenir turístico en la provincia.
La mayor concentración de Conjuntos Históricos —seis, en total— está situada en el sur de la provincia, en el entorno de la Sierra de Francia, donde a la ya mencionada localidad de La Alberca se suman también Mogarraz, San Martín del Castañar, Sequeros, Miranda del Castañar y Villanueva del Conde, pequeños municipios que han conservado una arquitectura y un urbanismo singular, pero también un alma cargada de siglos y de tradiciones.
En el sureste, con la Sierra de Béjar como dominante, se abre otra de las rutas propuestas por la Diputación y que tendría como protagonistas a las localidades de Béjar, Candelario, Montemayor del Río y Puente del Congosto —incorporada el pasado año—. Aunque tal vez el arranque de estas singulares rutas debería efectuarse en Salamanca capital, con su impresionante Barrio Antiguo, y continuar por la vecina, no hay más que seguir la estela del río Tormes, Ledesma, puerta natural al Campo Charro y a las Arribes del Duero.
No lejos de la capital, pero mirando al noreste de la provincia, la Diputación recomienda una singular jornada turística por las tierras dominadas por las llanuras meseteñas y la arquitectura mudéjar. Aquí son dos los Conjuntos Históricos que se alzan con fuerza: Peñaranda de Bracamonte, con sus sugerentes paseos por las plazas que pueblan la localidad, y Alba de Tormes, cuyos signos de identidad están determinados por su vinculación a los duques de Alba y a la figura de Santa Teresa.
Y para cerrar este peregrinar por la historia y el patrimonio arquitectónico de la provincia no podía faltar la visita a dos de los municipios a los que la historia les otorgó el papel de vigilantes de la frontera (con Portugal): Ciudad Rodrigo, históricamente la capital militar de la provincia; y San Felices de los Gallegos, puerta al parque natural de Las Arribes.
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