Rubén Amón llama a los "irreductibles" de la resistencia taurina en el Carnaval del Toro

El Teatro Nuevo “Fernando Arrabal” de Ciudad Rodrigo tuvo una regresión a 1988, cuando Santiago Amón pregonara el Carnaval del Toro, poco antes de fallecer trágicamente. Ayer Ciudad Rodrigo recibió con entusiasmo exacerbado a su hijo, Rubén Amón, periodista y amante de la tauromaquia.

Acompañado por la comitiva de las autoridades y la corte de honor, compuesta por la reina, Vega Gómez Castaño, del brazo del propio pregonero, y las damas Alicia Alonso Hernández y Lorena Pérez Pinto, del brazo de David Sánchez Sánchez y Juan Antonio Pérez Pinto, Miróbriga recibió el pregón de 2025 con gran expectación.

La corte de honor ocupó sus asientos, ramo en mano, obsequiado por los acompañantes, luciendo los más exquisitos trajes charros. La delegada municipal Paola Martín se encargó de presentar al pregonero enumerando una larga lista de logros profesionales y una trayectoria admirable, premio incluido, —galardonado en 2018 con el Premio Francisco Cerecedo— además de añadir: “Periodista y escritor español nacido en Madrid en 1969 y cuya pasión por el periodismo podría muy bien haberle venido en la sangre, ya que es hijo del reconocido historiador y periodista Santiago Amón”.

El pregonero no pudo evitar que su voz se quebrara al recordar a su padre y su muerte, tan cercana al pregón que dirigió en aquel fatídico año, pero ahondó con sentimiento en la tauromaquia: “Aquí se encuentra la resistencia; llegar aquí es encontrarse con el paraíso”.

Los aplausos estallaron en varias ocasiones, conmovidos por el sentimiento de Rubén Amón, quien también recordó a figuras de la tauromaquia, y junto a ellas, ciudades salmantinas con arraigo a esta disciplina, que palpita en cada rincón de la provincia.

“Lo que se vive en Ciudad Rodrigo es el toro en su plenitud: el toro en la plaza, en las calles, en la piedra, en el aguardiente...”, declaró. También algún chascarrillo avivó las risas entre los presentes. La “resistencia” del pueblo taurino se asemejó en su discurso al asedio y a invasiones de la historia moderna como la de los nazis, incluso: “Se han propuesto exterminar la tauromaquia desde el paternalismo y desde sus propios valores; pretenden aplastar la libertad de los ciudadanos”, reiteró.

Amón incluso se permitió reflexionar sobre los motivos: “Se trata de hacer de la muerte un ritual; es una coreografía”, manifestó el pregonero mayor. “La muerte se convierte en una ceremonia sobrecogedora, metafísica”, y añadió: “La sociedad ha escondido la tauromaquia porque va de la luz a la oscuridad”.

Laa metáforas poéticas continuaron con la dualidad de la tauromaquia, en la que para unos ven algo mientras el otro lado ve lo opuesto. “Se mistifica el sudor del torero con la sangre del toro”, escudriñó. Su discurso estuvo cargado de mensaje en defensa de los toros, señalando a la sociedad como responsable del lado oscuro que se le atribuyen.

“Nos temen porque la tauromaquia habla de los verdaderos héroes; cualquiera puede rescatar a un gato de una cornisa, pero no todos pueden ponerse delante de un toro de lidia”, y matizó: “Hablamos de héroes clásicos; el torero desafía a los falsos héroes, por eso molestan”.

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