Recuerdos de antaño en la primera fiesta matancera de Bóveda

La cita tuvo lugar en las calles de la localidad y en los grandes edificios multifuncionales del municipio donde se pudo ver una muestra de antiguos enseres, útiles y herramientas que tradicionalmente se usaban en las matanzas domiciliarias.

Una vez que llegó el cerdo ya sacrificado los colaboradores procedieron a cortarle las orejas y el rabo, como es habitual en esta localidad antes de proceder al chamuscado.

José Jiménez hizo las veces de pregonero con un discurso en el que recordó el importante papel de las matanzas para asegurar la alimentación familiar durante el año además de que entorno a estas citas se producía el encuentro entre vecinos, familiares y amigos, e incluso se invitaba a degustar las probaduras al cura, el médico o el maestro y otros profesionales imprescindibles en la vida de todo pueblo. También hizo alusión a los variados refranes matanceros que hoy siguen vigentes.

La mención más especial fue «al cerdo o la marrana». «No nos fijaremos en sus andares, ni mucho menos en sus hocicos, alargados y dibujando una sonrisa, sino que pondremos nuestra mirada en su interior, que es lo que nos interesa», dijo el pregonero.