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Ayuntamiento de la localidad de Boada D. S.

El pueblo salmantino en el que todos sus vecinos quisieron emigrar: «No tenían para comer»

En 1905, los cerca de 1.000 vecinos del municipio de Boada hicieron una petición formal para emigrar a Argentina en busca de un futuro que habían perdido en su tierra natal

D. S.

Boada

Martes, 9 de diciembre 2025, 10:16

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El año 1905 esconde una de las historias más curiosas de la provincia salmantina. Una muestra de la unión de todo un pueblo en pos de buscar un futuro mejor después de que le quitaran todo. En ese año, los cerca de 1.000 habitantes que tenía Boada enviaron una carta al Gobierno argentino con la intención de emigrar todos y comenzar una nueva vida en el país latinoamericano.

Pero antes de entrar en los detalles de esa petición y la repercusión internacional que tuvo, conviene enmarcar el contexto histórico que rodea esta historia. Tras la pérdida de las últimas colonias en ultramar, Cuba y Filipinas, España se encontraba en una situación económica muy dificultosa. El Gobierno de aquel entonces comenzó a obligar a los ayuntamientos a permitir la expropiación de las tierras comunales, que en esos años eran el sustento de municipios como Boada. «Les quitaron hasta los huertos», detalla el actual regidor, Juan Matías, «y era tal la desesperación que el médico del pueblo, Carlos de Sena, y el secretario del Consistorio, Emilio Regidor, y del juzgado, Juan Rodríguez, buscaron una solución a la situación, porque el pueblo ya no tenía para comer».

Ahí surgió la propuesta del galeno, conocedor de que en Argentina había tierras disponibles y que faltaban manos para trabajarlas, y escribieron una carta al presidente Quintana, gobernante argentino, a quien solicitaron «tierras y transporte para viajar hasta allí». La propuesta fue secundada por todos los vecinos, no solo por aquellos que perdieron sus tierras y no disponían de medios para subsistir: «El alcalde, el cura, el médico... Todos firmaron esa propuesta de marchar, lo que demuestra la unión que había», matiza el diputado provincial Mario Cavero, natural de esta localidad salmantina.

Tal fue el revuelo de esta petición que el mismísimo Miguel de Unamuno se personó en Boada para conocer el problema. «Sabemos que hizo noche en la fonda de La Fuente de San Esteban y vino al día siguiente para informarse y ver si podía colaborar para dar una solución al problema». Sin embargo, esa repercusión tuvo detractores tras un artículo de Ramiro de Maeztu, quien, desde tierras inglesas, publicó una noticia en la que tildaba a los boadenses de «antipatriotas». Hubo incluso un debate sobre esta petición en el Congreso. «Para mí no hay mayor muestra de patriotismo que defender a los vecinos que forman parte de esta tierra», comenta Cavero.

Falsas promesas y una obra teatral

Finalmente, el intento de emigración quedó en nada tras las promesas del Gobierno de devolver las tierras y ofrecer una aportación económica. «La subasta total de los terrenos fue superior a las 195.000 pesetas de la época, de las cuales el 20% iba a ser para el Estado... pero ese dinero nunca llegó y se quedaron con las tierras», lamenta Matías.

En 2005, esta historia volvió a la vida gracias a la obra teatral creada e interpretada por los propios vecinos para poner en valor la unión y la valentía de sus antepasados en la defensa de su pueblo. La última representación fue en 2023 y se está barajando realizarla de nuevo con motivo del 120º aniversario de este hecho.

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