El paraíso salmantino para las aves
La ruta del Azud de Riolobos propone un recorrido de 16 kilómetros a pie o en bicicleta desde El Campo de Peñaranda descubriendo un paisaje humanizado con sorpresas
No es necesario recorrer muchos kilómetros para dejarse seducir por el encanto de la naturaleza y la magia que supone adentrarse en caminos frecuentemente utilizados por los agricultores para el cuidado de los campos. El Campo de Peñaranda ofrece una sugerente propuesta que invita al visitante a realizar un recorrido de 16,3 kilómetros, a pie o en bicicleta, hasta el azud de Riolobos, un embalse construido para el regadío de una zona de la comarca de Tierra de Peñaranda. Esta laguna, creada por la ingeniería humana, ha obrado el milagro de atraer anualmente a la provincia a más de 240 especies de aves, en forma de miles de ejemplares. Precisamente, uno de los principales atractivos de esta ruta es encontrarse con estos personajes voladores, que hallan en estos parajes el hábitat más confortable para pasar un tiempo o toda una vida.
La propuesta, creada en su día por técnicos a iniciativa del Ayuntamiento de El Campo de Peñaranda, sugiere una ruta desde esta localidad, que además construyó hace unos años un albergue disponible para el alojamiento de los visitantes, con reserva previa.



El recorrido siempre será el mismo, pero la experiencia completamente diferente, porque el paisaje está en constante cambio: con el ciclo de los cultivos, el diferente emplazamiento que eligen los agricultores para su disposición, y la variabilidad de aves y otra fauna, ya que estas tierras son visitadas por especies migratorias en determinadas épocas del año. Tampoco será igual hacer este recorrido al comienzo del día, al final o en cualquier otro momento. Se trata de una ruta marcada por la experiencia y el contacto con la naturaleza, en la que entran en juego una serie de sensaciones psicológicas y sensoriales activadas por la carga energética que supone ese contacto.
«Es una ruta que parte de la iglesia de El Campo y es circular, alrededor del azud, de dificultad baja; se puede hacer en cualquier momento del año», resume Iván Ramos, anterior teniente de alcalde de El Campo de Peñaranda, quien participó en su creación. «No pasa por Riolobos, pero está a 400 metros y siempre te puedes acercar», sugiere.
«Junto a la iglesia hay un cartel en el que se puede ver información de la ruta», indica el alcalde, Hermógenes Terradillos. Esta información destaca el valor ornitológico del recorrido. Entre las aves que se pueden encontrar están la avutarda común, la cigüeñuela común, el ánsar común y el cernícalo primilla.
Recomendaciones
Entre las recomendaciones para realizar este recorrido —que tiene una duración media estimada de 4 horas a pie y 1 hora y 45 minutos en bicicleta— se encuentra la de informarse previamente. También se aconseja llevar ropa y calzado adecuados, evitando prendas de colores llamativos. Al tratarse de una ruta en la que habitan aves, se pide permanecer en silencio y agudizar los sentidos para descubrir algunas de las muchas sorpresas que pueden surgir. Puede resultar útil llevar prismáticos y una guía de aves. Una de las claves es saber que el amanecer y el atardecer son los momentos del día con mayor movimiento de aves.
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