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Ciudad Rodrigo
Viernes, 27 de diciembre 2024, 12:17
1400 agujas y más de 400 puertas componen el vallado que protege el recorrido urbano de los encierros del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo. Un arduo trabajo para un grupo de una veintena de personas, entre ellas Jaime Rodríguez, capataz municipal, que lleva 35 años colocando este elemento esencial para la seguridad de los corredores y espectadores que cada día viven y ven la pasión del toro en las calles mirobrigenses.
¿Cómo fueron sus comienzos en el montaje de las agujas?
—Fue al entrar al Ayuntamiento hace 35 años, como un trabajador más no como capataz. Ahora con este puesto tengo una mayor responsabilidad y el montaje del vallado es uno de los momentos de más trabajo.
¿Ha cambiado mucho el montaje durante estos años?
— Muchísimo, más de lo que pueda parecer. Hace 30 años, la parte donde se desarrolla el Toro del Antruejo, lo monté con maderas, poniendo postes y tablas. En toda esa zona no había nada, poco a poco todo ha ido cambiando y no tienen nada que ver la forma y los montajes de ahora con aquellos.
¿Que papel juega la experiencia en este proceso?
—Es muy importante. Para que se haga una idea, ese tramo que mencionaba antes, tardábamos una semana o semana y media en cerrarla. Ahora en un par de días está resuelto. A ello ayudan también los materiales que se usan hoy en día, no tiene nada que ver un poste y tablones de madera con las agujas de ahora, de hierro, con sus abrazaderas y cuñas. Es un avance en seguridad sin duda.
¿Ha mejorado mucho en ese aspecto el carnaval?
— Por supuesto. Antes de que yo entrara a trabajar, algunos toros se escapaban por esa zona, cuando todavía no estaban hechos los chalets que existen actualmente.
Mejorar la seguridad sin perder la esencia ¿no?
—Claro, pero afortunadamente la seguridad de ahora es muy diferente a hace treinta años. Eso conlleva por ejemplo más trabajo, en aquellos lugares que se instala el doble vallado, pero es lógico que cada vez nuestra fiesta proteja al máximo a los que están detrás de las agujas.
El calendario depara un montaje y desmontaje por el Toro de San Sebastián ¿había pasado alguna vez?
—No, es la primera vez, debido a las fechas en que cae el carnaval en el mes de marzo. Es cierto que se lleva haciendo pocos años y se dejaba ya lo montado y se iba completando el resto del trazado. Lo que haremos es abrir y quitar algunas partes, las más conflictivas para la circulación y luego volveremos a ponerlo en las fechas previas al carnaval.
¿Cuándo empezarán las labores de montaje para ese toro?
—Justo este 26 de diciembre y nos llevará un par de semanas, ya que San Sebastián es el 18 de enero.
¿Cuanto tiempo les lleva el montaje de todas las agujas?
— Para todo el vallado tardamos unos 24 días habitualmente. Sin embargo, cada año tenemos novedades y no podemos empezar con el tiempo justo. Por ejemplo, el doble vallado que te comentaba antes en la zona de la Plaza Mayor y este año se amplía a la Plaza del Conde, los corrales de la calle Duero... Se van aumentado los elementos a colocar y cada año nos supone un nuevo reto.
¿Cómo organiza el montaje de las agujas?
—Dividimos al personal en dos brigadas: una de madera y otra de hierro. En esta segunda suelen estar cinco personas más un conductor y un oficial que organiza el montaje. En el otro grupo están cuatro operarios, un conductor y otro oficial que se encargan de colocar todo el encierro a caballo, los corrales de calle Duero o la entrada al Registro. Luego rematan algunas cosas en los tablaos de la plaza como por ejemplo el lugar donde va emplazada la banda municipal de música o los corrales. En total, entre 15-20 personas forman parte de este operativo.
¿Vive estos días de Navidad pensando en el montaje?
—Y desde antes te diría (ríe). Tienes que ponerte a echar cuentas mucho antes de que llegue el momento: el número de personas que necesitas, cómo planificar el proceso, etcétera. Además, siempre suele surgir algún incidente, siempre hay algún cambio, algo que arreglar. Así que en Navidad siempre piensas en lo que está por venir.
¿Alguna anécdota que recuerde de todos estos años trabajando en el montaje de las agujas?
—Pues recuerdo una en especial, cuando aún no era capataz. Era un viernes víspera de Carnaval y al bajar para casa vi que se había dejado una puerta sin montar y quedaba un hueco en mitad del recorrido. Avisé a los compañeros y afortunadamente estábamos a tiempo de solucionarlo (comenta con una sonrisa).
¿Cómo vive esos días de Carnaval?
—Antes del primer encierro se hace un repaso del recorrido para comprobar que todo está correcto. Y esos días pues pendiente de que las agujas y puertas estén en perfecto estado, tenemos un herrero por si hiciera falta alguna reparación.
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