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Magdalena, en el aula del centro cultural de Guijuelo donde imparte clases de inglés. TEL
Magdalena Sánchez, de Palma a Sanchotello: “Estar fuera te hace más fuerte y te permite valorar muchísimo”

Magdalena Sánchez, de Palma a Sanchotello: “Estar fuera te hace más fuerte y te permite valorar muchísimo”

Magdalena Sánchez Esteban fue una pionera en el regreso al pueblo. Y es que tras vivir trece años en Palma regresó a Sanchotello, se casó y tuvo dos hijos

TEL

Lunes, 27 de marzo 2023, 19:10

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Magdalena Sánchez puede considerarse una pionera de la vuelta al pueblo después de vivir fuera. En su caso, trece años en Palma de Mallorca, donde estudió y trabajó. Volvió al pueblo, Sanchotello, quizás con una idea de temporalidad pero encontró trabajo, se casó, tuvo sus dos hijos y allí se quedó.

¿Dónde vivió cuando estuvo fuera de Sanchotello?

—Me fui cuando tenía 17 años porque empecé a estudiar en el instituto en Béjar y quitaron la rama de Química que yo estudiaba (entonces no había autobuses como ahora, ni nada). Tenía dos hermanos mayores que estaban en Palma y me fui allí. Empecé a trabajar y a estudiar porque tenía la espinita clavada de estudiar. Hice la carrera de Relaciones Laborales y también me preparé en inglés. Tuve un tiempo en el que no trabajaba y me dije, como he sido siempre muy madrera, que me iba a ir a pasar una Navidad y luego ya vería a ver. En ese tiempo surgió lo de La Covatilla, que me pareció un proyecto superinteresante, conseguí trabajo allí y así fue el quedarme.

¿Volvió con idea de quedarse o de forma provisional?

—Me llamaron para trabajar para una mutua en Palma pero ni me lo pensé porque a los cuatro meses de estar en La Covatilla ya me hicieron fija con lo que me surgía la duda de qué hacía, pero yo venía de vivir sola y creo que está sobrevalorado. Aunque tenía mis disputas, estaba muy bien en casa de mis padres y era como aire nuevo. Luego encontré al que es mi marido y empezamos a salir; le llevo cuatro años y nos conocíamos desde pequeños pero no nos habíamos vuelto a ver.

Y formó su familia...

—Surgió el amor y hasta hoy. Estuvimos tres años de novios, nos casamos y enseguida tuve a mi hijo el mayor y luego ya tuve otra hija a los tres años. Dejé de trabajar en La Covatilla, trabajé de técnico de empleo para Red Mujer Siglo XXI, he hecho cursos para la Junta y me dijeron que mandara el curriculum a Infil, me cogieron y llevo doce años. He estado en Béjar en el Marqués de Valero y luego, ya con Infil, en Valdelacasa, Ledrada y aquí en Guijuelo.

¿Se ha planteado cambiar de vida estando ya en el pueblo?

—Siempre que hay alguna especie de crisis te planteas un cambio, nuevas cosas, pero no se ha dado. De ser así lo hubiera hecho porque soy una persona muy decidida y si algo no va bien lo cambio, pero a la vista está y me metí de lleno con la Alcaldía. Hay que irlo compaginando todo y yo soy muy perseverante y disciplinada y creo que esto es lo que me da el poder ocuparme de varias cosas. Siempre echo de menos el mar, me cautivó, es una zona preciosa, un sitio recomendable para vivir, pero las circunstancias se me dieron así y si al principio pensaba que cómo iba a vivir en el pueblo, que prefería vivir en una ciudad, pero al final lo he considerado como la mejor opción si ya tienes tu formación y tu estabilidad o si puedes encontrarla cerca. Tiene muchísimas ventajas , aunque también hay inconvenientes porque los hijos se te marchan. Yo también me fui y creo que el estar fuera te hace más fuerte y te hace valorar muchísimo otras cosas que a veces se denigran.

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