Ni la lluvia quita brillantez al encierro a caballo de Tamames

Los festejos en honor al santísimo Cristo del Amparo vivieron este lunes su penúltimo día con una de las citas más esperadas dentro del programa de actividades: el tradicional encierro a caballo que aunó en su trazado un tramo de campo y otro de recorrido urbano y que dejó buen sabor de boca en los aficionados a pesar de la lluvia que hizo acto de presencia y complicó las labores de los caballistas.

Aunque el líquido elemento cayó con finura y con poca intensidad, si afectó al suelo asfaltado que se empapó con rapidez e hizo que el paso entre la zona de tierra y urbana pusiera en peligro la estabilidad de los astados y también de los caballistas.

El arranque del encierro se hizo con la manada agrupada, con novillos y cabestros muy juntos, sin embargo, en los metros finales de campo, los añejos de la ganadería de «La ventana del Puerto», aceleraron el paso y se pusieron en cabeza de la carrera, obligando a los jinetes a seguirles muy de cerca e incrementar el ritmo. Uno de los novillos quedó algo rezagado al resbalar en el asfalto, aunque los garrochistas y los bueyes que cerraban el grupo ayudaron a este animal a retomar el recorrido que desembocaba en la Plaza Mayor de Tamames, punto final de este encierro y donde el público recibió con aplausos a los caballistas tras el buen trabajo realizado.

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