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En Cantalapiedra, los miembros del coro se sitúan entorno al órgano para entonar la misa pastorela y los villancicos. HOLGUERA
La misa pastorela vuelve a Cantalapiedra por Navidad

La misa pastorela vuelve a Cantalapiedra por Navidad

Más de una quincena de personas ensayan durante todo el año para mantener viva una tradición que forma parte del rico patrimonio inmaterial de la localidad

Lunes, 26 de diciembre 2022, 17:59

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Cada Navidad, las iglesias de los pueblos se convierten en espacios de encuentro. En Cantalapiedra hay dos ingredientes que no faltan en las celebraciones religiosas, uno es la misa pastorela y otro, los populares villancicos. Por su tradición, la misa pastorela es uno de esos elementos del rico patrimonio inmaterial que conserva Cantalapiedra gracias al empeño de sus gentes.

Entre los responsables que han conseguido consolidar esta tradición se encuentran Javier Quintero, Jesús Quintero y el organista Alberto Iglesias. En Navidad, Año Nuevo y en Reyes se puede escuchar en la iglesia parroquial este tipo de misa cantada en latín, que es parte de la celebración eucarística. Más concretamente, “se canta en los días festivos de Navidad, día de Natividad, día de Santa María Reina Madre de Dios, día de la Epifanía y los domingos que pudiera haber entre medias”, detalla Alberto Iglesias. La de Cantalapiedra puede datar de finales del siglo XIX, según calcula el joven organista. Junto a Macotera, son las únicas localidades de la comarca que siguen cantando esta misa.

También tuvo misa pastorela Zorita de la Frontera y Palaciosrubios, pero “lo mismo lleva sin cantarse 60 o 70 años”, calculaAlberto. Otras localidades de la provincia en las que también se cantaba la misa pastorela son: Mata de Ledesma, Yecla de Yeltes, Herguijuela de la Sierra, Lagunilla o Villares de la Reina, si bien en esta última localidad es conocida como “misa de los pitos”, explica Alberto. En Macotera la gente del pueblo tampoco la conoce como misa pastorela, más bien aluden a ella como “misa de Navidad o de latín”, dice María Nieto, que forma parte del coro parroquial de esta localidad. Precisamente en Macotera hay otra diferencia, es que el acompañamiento es con castañuelas, botella de anís o pandereta, pero no con órgano. Alberto piensa que antiguamente debió ser con rondalla. También la cantan durante la misa del Gallo.

“La misa pastorela es propia de Navidad”, dice Alberto, que la toca desde 1989. “Fue la primera vez que me puse a los mandos y toqué el Agnus”, que es una parte de la misa en latín. En Cantalapiedra se canta el Kyrie, Gloria, Santus y Agnus. “Hay en pueblos en que también se hace el introito y otras partes”, indica.

En Cantalapiedra el instrumento de acompañamiento es el órgano, que en este caso suena de manos de Alberto Iglesias. Precisamente, este virtuoso músico, junto a Jesús Quintero y el que fuera párroco de Cantalapiedra, Hilario Almeida, que en paz descanse, fueron quienes se encargaron de realizar una ardua labor de pasar a partituras algunos papeles que conservaba el anterior organista y lo que escuchaban. Además de registrar las de Cantalapiedra, consiguieron conservar las de otros muchos lugares, gracias al trabajo de campo que realizaron. Jesús las pasó a limpio y Alberto puso los acompañamientos. Estos trabajos fueron llevados a cabo aproximadamente desde 1995 hasta 2005.

El nombre de misa pastorela recuerda a los pastores, porque el origen eran “misas populares que hacían los pastores pero que en principio eran sobre temas libertinos”, detalla Alberto. “A partir de ahí nacieron las propias misas pastorelas, aprovechando lo que son las partes invariables de la misa (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus), en algunos sitios se meten introitos, todas tienen compás ternarios y una melodía muy parecida”, relata Alberto.

“El concepto que tiene la gente de la misa pastorela es un poco de rollo, de algo aburrido, pero al contrario. Es muy distinta, no tienen nada que ver, es alegre”, considera Javier Quintero, que es uno de los principales promotores del actual coro y de hacer posible la recuperación de esta y otras tradiciones. En su caso, lo vivió desde niño con su padre y otros familiares. Ahora anima a todos a seguir cantando la misa y los villancicos y continuar así manteniendo viva esta esencia del lugar.

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