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Las calles de Navamorales lucen vacías ya que la gran mayoría de la gente es mayor y no sale. TEL
La localidad salmantina “donde no hace falta que vayan los guardias”

La localidad salmantina “donde no hace falta que vayan los guardias”

Navamorales es un pueblo con mucha gente mayor que no han pisado la calle desde que comenzó el estado de alarma

TEL

Sábado, 4 de abril 2020, 16:04

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La localidad de Navamorales es uno de esos ejemplos de los que, según la última moda, algunos llaman la España vaciada y otros definen como la España abandonada. Con un amplio entramado urbano, el silencio es la nota dominante estos días de aislamiento por coronavirus porque son pocos los que viven de fijo en este pueblo todo el año y porque prácticamente todos ellos han superado los sesenta años y se encuentran, por tanto, dentro de la población de riesgo.

Hay intranquilidad como en cualquier otro sitio, como explica Alberto Peña, pero, controlado el acceso al pueblo con gente procedente de otros lugares, los únicos que llegan son los ambulantes, que no han dejado de prestar servicio. Los panaderos de Puente del Congosto y La Horcajada, los fruteros y el del pescado. La carne no llegó esta semana, pero el resto con normalidad. No hay comercio ni bar en el pueblo y, por tanto, estos negocios son el contacto directo con los vecinos.

Los ambulantes llegan al pueblo con normalidad y hay vecinos que compran desde la ventana

Mario Sánchez es de los más jóvenes que a día de hoy están en el pueblo. Vino desde Béjar porque tenía que hacer obras y allí se quedó: “Yo voy a estar en el pueblo hasta que pase todo esto y pueda trabajar”, explica el joven, que se dedica a la producción de almendras y productos tradicionales. Ve miedo porque la gente es mayor y los hay, incluso, que hacen la compra desde la ventana y no salen ni a la calle. “Aquí no hace falta que vengan los Guardias a vigilar”, dice Mario en relación al confinamiento decretado. Y es que, añade, “desde el primer día no sale ni uno”. No se oyen coches por las calles ya que sólo hay dos personas con ganado, lo atienden por la mañana y no vuelven a salir.

Ahora mismo, según los cálculos de Toñi, otra vecina de la localidad, están en el pueblo en torno a 58 personas. Tres de ellas son niños que proceden de Madrid y Salamanca. Sus familias ya estaban en el pueblo antes del cierre decretado por el Gobierno por lo que se han tenido que quedar en la localidad con el resto de vecinos, pero, al igual que las personas mayores, tampoco salen a la calle.

Si ya de normal no hay ruidos por las calles, en este momento es aún peor porque la incertidumbre pesa. Se oyen rumores de casos de pueblos cercanos. Pero aquí, por el momento, todo sigue en orden, con los vecinos “atrincherados en sus casas” y con los ambulantes como único contacto directo con el exterior. Desde luego, los vecinos hacen lo posible por que el mal no llegue a su pueblo.

Alberto Peña (Alcalde): “Hay que tomar las precauciones y recomendaciones como todo el mundo”

El alcalde de Navamorales, Alberto Peña, reconoce que “aquí no hay ningún problema. Está todo tranquilo”. Pese a ello, reconoce que “se preocupa uno por la situación general y no sabemos qué pasará, pero hay que tomar las precauciones y recomendaciones como todo el mundo”. Sobre todo en una localidad como la que él dirige en la que hace más de tres décadas que no nace un niño y en la que la población es mayor. En cuanto a los servicios para los vecinos, reconoce que los ambulantes y los panaderos llegan al pueblo para seguir ofreciendo su servicio, mientras que las cuestiones médicas tendrán que atenderse desde Guijuelo. “La médico va un día a la semana” y, como recuerda el regidor, el último día que pasó consulta en el pueblo antes de la declaración del estado de alarma fueron dos personas a por recetas. Desde luego, todos los vecinos cumplen con la norma por su bien y el de todos.

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