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Borja Jordán de Urríes muestra una de las vitrinas donde guarda parte de su colección. TRISOL
La impresionante colección de cámaras de fotos de este salmantino

La impresionante colección de cámaras de fotos de este salmantino

Borja Jordán de Urríes posee actualmente más de 150 cámaras y accesorios en Villoria, la más antigua data del año 1903

Lunes, 7 de diciembre 2020, 19:07

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Borja Jordán de Urríes es todo un apasionado de la fotografía y en su casa guarda la historia viva del siglo XX de un invento que, sin duda, ha sido uno de los más valiosos para la humanidad.

Detrás de cada estantería acristalada que va ganando espacio en su casa de Villoria, Borja atesora más de 150 cámaras y accesorios en una de las colecciones más bonitas, cuidadas y ordenadas y que, además, se puede visualizar en el blog de su propietario en Internet.

“Empecé a coleccionarlas porque me encontré en las manos con varias cámaras, una de mi padre que fue la que él tuvo, un par de cámaras de mi suegro y luego también la que yo tenía de pequeño y me regalaron en la Primera Comunión. A partir de ahí, hace como unos 17 años, compré luego una cámara durante un viaje a Finlandia que vi en una tiendecita y ha ido siguiendo con ello hasta ahora”, comenta.

“A día de hoy tengo cerca de 150 cámaras más accesorios. Hace ya algunos años generamos un grupo en la red social Facebook al que se va uniendo gente de todo el mundo, normalmente coleccionistas, con los que intercambiamos información sobre cámaras”, añade. El boom de Internet y las redes sociales facilita en gran medida el contacto entre los apasionados de la fotografía repartidos por multitud de países que ponen en común cualquier novedad al respecto.

Borja Jordán de Urríes reconoce, además, que algunas cámaras tienen para él un significado especial y no se desprendería nunca de ellas. “Conservo una Vest pocket autográfica y en el Museo de Fotografía de Bradford encontré, además, un libro en el que se cuenta la historia de este tipo de cámaras en las que se podía escribir algún dato en la película a través de una ventanita que tienen en la parte posterior. A los soldados les prohibieron llevarlas en la Primera Guerra Mundial porque su contenido podía ser material sensible en caso de caer en manos del enemigo”, explica.

“Por ninguna cámara he pagado más de 100 euros”

La colección sigue creciendo en el hogar de Borja Jordán de Urríes desde que hace 17 años reunió las primeras cámaras. “Al final, todos los años, siempre compro algo. Donde más me gusta comprarlas, por lo general, es en un rastro, en el de Salamanca y en el de Madrid he comprado algunas, allí ves mucho material y el ambiente es curioso. También hace años que vengo comprando en Ebay UK que es donde está el mejor mercado. Hay bastante gente que se mete en grupos porque quieren saber precios de cámaras, es algo habitual”, explica.

Borja reconoce, además, que “en mi caso yo no he invertido cantidades exageradas de dinero en ninguna cámara de la colección y la que más me ha costado fueron 100 euros. Hay gente que se ha comprado cámaras de 300, 400 o 500 euros más antiguas”.

Como cualquier coleccionista que se precie siempre existe el sueño, la ilusión o el reto de encontrar alguna pieza, en este caso cámara, que sea especial para su futuro dueño. “Del siglo XIX hay muchas menos cámaras en el mercado; la más antigua que yo tengo es del año 1903 y por lo tanto, no tengo ninguna del siglo anterior. Cada cual tiene sus retos pero me gustaría coger alguna del siglo XIX”, comenta.

La cámara más antigua que tiene este salmantino y que, como él mismo señala, data de 1903, es una “Kodak 3A Folding Pocket”. “La mayor parte de las que tengo proceden de Europa y de América, y normalmente las encuentro en internet”, asegura.

La fotografía ha sido, además, uno de los inventos que más rápido ha evolucionado en su relativamente corta pero intensa historia. “Aunque me atraen las cámaras antiguas también me gustan las nuevas máquinas digitales.

Es una maravilla poder hacer un montón de fotos y tener la oportunidad de desechar las que no valen. Pero para mi colección quiero todas aquellas que sean anteriores a las digitales, incluso anteriores a las electrónicas”, añade el coleccionista villorejo.

Cabe destacar, además, que algunas de las cámaras conservan incluso el embalaje original.

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