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El shock inflacionario está dejando mermadas las arcas municipales de los pueblos, aunque un pequeño grupo de municipios ‘privilegiados’ puede presumir de contar con un colchón de fondos extra que les permite soportar mejor las estrecheces económicas. Se trata de pueblos que cuentan con cuantiosos ingresos gracias a tener en su término municipal presas, parques eólicos, plantas fotovoltaicas, minas... de las que obtienen anualmente un dinero que hace que sus cuentas estén más que saneadas.
Así, el agua, y más concretamente las presas y centrales hidroeléctricas, son la principal fuente de riqueza para algunos pueblos de Las Arribes, como Almendra donde en 2022 más de 200.000 euros de su presupuesto de 486.000 procedieron del embalse.
Lo mismo ocurre con la pequeña localidad de Sardón de los Frailes, que con un centenar de vecinos ‘maneja’ un presupuesto cercano a los 700.000 euros, de lo que más de 500.000 son consecuencia directa de tener una parte de su término municipal ocupado por las aguas del embalse.
El agua es también fuente de riqueza para Saucelle donde sus 266 vecinos censados disfrutan de un presupuesto de 750.000 euros, de los que más de 400.000 llegan de la presa. También en Salvatierra de Tormes, más de la mitad de sus cuentas anuales (240.000 euros) proceden del embalse de Santa Teresa, cuyas aguas inundaron buena parte de las tierras del pueblo durante la construcción del pantano.
También el aire es el origen de importantes ingresos para algunos pueblos salmantinos gracias a tener en su término municipal parques eólicos. Es el caso de Zamayón, que recibe anualmente más de 100.000 euros, y Santiz, que ingresa una cantidad similar por sus molinos.
Valdelosa también tiene en las energías renovables una ayuda extra, aunque la ‘saca’ del corcho sigue siendo en la actualidad el primero de sus ingresos con hasta el 40% del dinero que entra cada año en su Ayuntamiento. Es la suerte de contar con el alcornocal más extenso de Castilla y León, con cerca de 6.000 hectáreas de árboles.
Villarino de los Aires es otro de pueblos que ha encontrado en las energías renovables una importante fuente de riqueza. Las más de 3.000 horas de sol al año de las que disfrutan sus vecinos y el hecho de contar en su término municipal con redes de transporte de electricidad (tiene cuatro lineas de muy alta tensión) han convertido a la localidad en un foco de atracción para empresas de producción hidroeléctrica.
La explotación minera es otra de las actividades que deja importantes ingresos en algunas arcas municipales. Un ejemplo es el Ayuntamiento de Barruecopardo, que recibe por la explotación de su mina de wolframio 120.000 euros en concepto de canon y alquiler de fincas municipales.
Y dentro del sector industrial destacan los casos de Babilafuente, donde la planta de bioetanol deja cerca de 240.000 euros, y Juzbado, que ingresa una cantidad similar por tener la fábrica de Enusa en su término municipal.
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