La ‘cocina’ del descubrimiento de América estuvo en Salamanca

El monumento a Colón consiste en una pirámide rematada en su cúspide con un globo terráqueo. Su basamento está compuesto por cuatro pedestales dóricos y todo está rodeado por una verja de hierro. En la inscripción de mármol que tiene el monumento se puede leer que está dedicado a Cristóbal Colón “en memoria de las conferencias habidas en este sitio de Valcuevo para el descubrimiento del Nuevo Mundo”. Vemos que fue levantado en 1866 por Marino Solís y García y restaurado en 1979 por Rafael Sánchez Fabrés. Hay que recordar que la finca, propiedad de los Dominicos cuando se produjo la llegada de Colón, fue desamortizada en 1838 y finalmente adquirida por la familia Solís.

Una ruta señalizada permite llegar hasta el monumento a Colón desde la localidad de Valverdón y además disfrutar de un paisaje en el que se entremezclan los campos de cultivo, la vegetación de ribera y la dehesa.

Aunque la subida final hasta el Monumento se puede hacer un tanto dura tanto caminando como en bicicleta, es un lugar ideal para contemplar una inolvidable puesta de sol y desconectar en la ‘cocina’ del descubrimiento de América.

Enfrente de la Hacienda Zorita, al otro lado de la carretera de Ledesma, hay una zona urbanizada, pero sin construir, de la que parte un camino que, tras cruzar el arroyo de Valcuevo y una granja, llega hasta el monumento a Colón.

El monumento a Colón de Valcuevo fue el primero civil que se levantó en memoria del navegante genovés en España. Fue en 1866 a iniciativa del propietario de la finca, Mariano Solís. Por poner un ejemplo, el monumento a Colón de Barcelona se construyó 22 años más tarde, en 1888.