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Los jilgueros, con restos del pegamento en sus plumas.
Uno de los jilgueros, en plena limpieza de plumas.

La caza ilegal de aves silvestres se extiende en la comarca de Peñaranda

Varios pájaros aparecieron agonizando en el parque de Los Jardines a causa de una captura con liga | El Seprona se hizo cargo de los ejemplares recogidos

Martes, 28 de julio 2020, 15:52

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Varias aves aparecieron este domingo agonizando junto a una toma de riego en el parque de Los Jardines de Peñaranda de Bracamonte como consecuencia de una liga (captura con pegamento), una práctica ilegal para la caza de aves silvestres.

Tras poner los hechos en conocimiento de los responsables municipales y de la Policía Local que a esas horas no tenía servicio por la escasez de efectivos, se avisó al servicio de emergencias del 112 para que iniciara el habitual protocolo en estos casos. Los ciudadanos que alertaron de la situación se encargaron, además, siguiendo las indicaciones de un experto, de recoger las aves para evitar que murieran atrapadas en el pegamento y asfixiadas por las altas temperaturas de mediodía.

Varias horas de espera con las aves en casa y sin que el Servicio Territorial de Medio Ambiente contactara con los “rescatadores” les llevó a llamar, de nuevo, a la Guardia Civil y finalmente el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) tomó cartas en el asunto y se hizo cargo de los ejemplares para su traslado a un centro de recuperación de especies silvestres.

Cabe recordar, además, que la caza de estas aves está incluso tipificada en el Código Penal con multas o penas que pueden alcanzar hasta dos años de cárcel, y además, existe una serie de normativa que las protege.

Esta semana se ha dado, además, la coincidencia de la aparición de varias palomas muertas en la fuente de los Cuatro Caños, en la plaza de Agustín Martínez Soler, y no se sabe por ahora si ambos hechos pudieran guardar relación. El Seprona ha procedido a iniciar la correspondiente investigación en el caso de ayer para identificar a los autores.

UN SALVAMENTO “PLUMA POR PLUMA”

Tras hacerse cargo de los pájaros el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, con base en el acuartelamiento peñarandino, fueron trasladados al centro de recuperación de fauna silvestre Las Dunas, de Salamanca, donde se trabaja desde ese mismo día para intentar salvarlos.

“Cuando se recibe algún animal en el centro, ya sea herido o con cualquier lesión, se inicia el tratamiento rápidamente al objeto de poder recuperarlo y liberarlo posteriormente, cuando sea posible, en el mismo ambiente de dónde procede”, explicó ayer Roberto Carbonell, responsable técnico del servicio territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

El personal de Las Dunas siguió ayer con la ardua labor de retirar los restos de pegamento en cada pájaro, pluma por pluma. “Se suele emplear aceite de oliva e incluso ceniza para limpiarlos y cuando están secos, se vuelve a revisar por completo el plumaje de nuevo por si quedara algún resto. Es un trabajo que hay que hacer con mucha tranquilidad y paciencia y las horas que sea necesario”, señaló el ornitólogo, Miguel Blanco.

Se cree, además, que el rescate de Peñaranda fue “cuestión de suerte” ya que la persona o personas que utilizan estos métodos ilegales para cazar aves silvestres permanecen en la zona a la espera para recogerlos casi de inmediato cuando alguno cae en la trampa.

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