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Foto de familia en el exterior de la Escuela de Ingenieros de Béjar. TEL
Ingenieros de la generación 'romántica' regresan a Béjar

Ingenieros de la generación 'romántica' regresan a Béjar

Son parte de los alumnos que estudiaron en la Escuela Industrial entre 1958 y 1963. El encuentro fue en el edificio del actual centro integrado en una jornada que sirvió para viajar a los recuerdos de hace 60 años en la ciudad

TEL

Béjar

Sábado, 27 de mayo 2023, 18:12

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Corría el año 1958 cuando un grupo de jóvenes estudiantes se daba cita en Béjar para iniciar su etapa universitaria y formarse en las ingenerías que, por aquella época, se impartían en el edificio histórico frente al parque municipal que acoge ahora el centro integrado de FP.

Llegaron cargados de ilusión y temor ante una nueva vida fuera de casa para formarse e incorporarse al mundo laboral. Residieron en Béjar y convivieron con los bejaranos durante cinco años y los buenos recuerdos de aquella etapa les llevó a reunirse cada año para revivir aquella época universitaria en la ciudad.

Decidieron que en las fechas importantes se darían cita en Béjar y así lo hicieron ayer. Se cumplían 60 años desde que finalizaran sus estudios universitarios y quisieron regresar a aquella ciudad en la que tanto disfrutaron, estudiaron, compartieron y soñaron con ser ingenieros que, entonces, se llamaban peritos.

Quisieron invitar al actual director de la Escuela de Ingenieros, Alejandro Reveriego, y al director entre 2004 y 2012, Francisco Martín Labajos, y fueron recibidos en ese centro universitario y conocieron las instalaciones de una escuela que se ha modernizado en los últimos años gracias a la inversión realizada con cargo al Plan de Reindustrialización.

Tres de los alumnos de aquella generación, que recibió el nombre de generación 'romántica' por parte de un profesor del centro, Pedro Montero, recordaron ayer esa etapa.

Uno de ellos es Francisco Martín que estudió en Béjar y se enamoró de una joven bejarana con la que compartió cuatro años de su vida pero, después, su vocación religiosa le llevó a incorporarse a la orden carmelita. «Cuando he estado en El Castañar he recordado que allí me confesé después de muchos años y estuve enamoradísimo pero llegó la vocación» recordó ayer para explicar que «mi padre era amigo de algunos bejaranos y decidió traerme aquí para estudiar». Además, aseguró ayer que «gracias a mis compañeros, hicimos una gran familia» y, de hecho, se convirtió en el capellán de esa promoción ya que casó a compañeros y bautizó a sus hijos.

Más emotividad guarda el recuerdo de Alberto Zumeta. «Cuando estuvimos aquí hace 65 años, vivíamos con familias ya que no había residencias» explicó ayer para recordar que sus patronos se llamaban José y María y regentaban una frutería en la plaza de San Gil. Precisamente, ayer los hijos de sus patronos se acercaron hasta Ingenieros para saludarle después de tanto años de ausencia pero con los recuerdos aún vivos en la memoria.

Finalmente, Ildefonso Pedraz recordó que, con otros dos compañeros, alquilaron una casa en El Regajo para fundar el colegio mayor universitario «Nuestra Señora del Castañar y leyó un documento en el que a modo de broma, se recogía el listado de compañeros vacunados contra la gripe en una anécdota más de una promoción que mantiene lazos muy estrechos con la ciudad que les vio crecer como peritos.

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