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Inés Martín Cañada, alguacila de Moríñigo. J. H.
«Hago de todo. Igual me da cortar hierba, que pintar, que hacer un agujero... Si hay que ir, voy»

«Hago de todo. Igual me da cortar hierba, que pintar, que hacer un agujero... Si hay que ir, voy»

Inés Martín trabaja en el Ayuntamiento de Moríñigo desde hace siete años y, entre otras cosas, como alguacila, se ocupa del depósito de agua

Martes, 22 de abril 2025, 06:30

Inés Martín Cañada es la alguacila de Moríñigo desde hace siete años. Es una de las personas imprescindibles para hacer que el engranaje del Ayuntamiento de este municipio funcione a la perfección. Entre sus funciones, se encuentra la lectura de los contadores en cada uno de los domicilios del municipio, pero también otras tareas como la colocación de edictos en el lugar de costumbre o estar pendiente de que el depósito del agua y otras infraestructuras funcionen correctamente.

Estos días, se la puede ver ayudando al operario municipal que ha contratado el Consistorio para trabajar en labores de mantenimiento de las calles. Se encuentran quitando hierbas en los espacios públicos, ya que las lluvias han hecho proliferar la vegetación de forma desmesurada.

«Soy de Peñaranda de Bracamonte, pero vine a vivir a Moríñigo cuando me casé, hace 30 años», cuenta Inés Martín. Desde entonces, reside en esta localidad que no alcanza los 100 habitantes, pero que, dada su cercanía a Babilafuente —a tan solo un kilómetro—, permite a los vecinos acceder con facilidad a servicios y productos. Otra de las ventajas de Moríñigo es su cercanía con la capital.

«La que estaba antes de alguacila se fue. Pusieron un bando en el Ayuntamiento, eché los papeles y me cogieron», relata sobre sus inicios. «Trabajo de lunes a viernes, de 9:00 a 12:00 horas, pero hay veces que ya sabes…», comenta Inés Martín. Si le piden que acuda en otros horarios o incluso en fin de semana, ella está dispuesta.

«Hago de todo. Si tengo que cortar hierba, la corto; si tengo que pintar, pinto; si tengo que hacer un agujero, lo hago», anota. «Si viene el secretario y tengo que ir al banco con un papel, voy», continúa. «Tengo que saber hacer de todo», asegura.

En un pueblo como Moríñigo, todos se conocen, pero los vecinos saben que pueden recurrir a la alguacila cuando lo necesitan y ella también está pendiente de que todos se encuentren bien.

«El Ayuntamiento de Moríñigo valora mucho la labor de Inés Martín», en palabras de la alcaldesaTeresa Hernández. «Lo que más me preocupa es tener el agua en condiciones, con su cloro y tratamiento adecuado», manifiesta. «Lo demás, por ejemplo, mirar los contadores, no tiene problema», añade.

Cuando contratan a otros empleados en el pueblo, en ocasiones le toca ser su encargada. «La alcaldesa me lo dice y yo les transmito las órdenes. Hay otras cosas que, a lo mejor, el que anda en ello sabe más que el que te va a mandar», relata.

No es lo mismo el verano que el invierno, porque, con el buen tiempo y las vacaciones, muchas personas se acercan a disfrutar de la paz y familiaridad que se respira en Moríñigo. «En invierno, como somos pocos, no hay problemas. Luego, en verano, como somos más, está todo más ameno», indica. El trato con el personal del Ayuntamiento es bueno y, con los vecinos, también. «A veces, la gente te avisa de una fuga de agua, por ejemplo», comenta como algo positivo.

En su caso, se siente bien tratada tanto por los miembros de la corporación municipal como por los vecinos. La figura del alguacil es muy valorada entre los vecinos de Moríñigo, que, en muchas ocasiones, reciben las noticias municipales gracias a la labor —en este caso— de Inés Martín. A su vez, los vecinos saben que en manos de esta vecina se encuentra el buen funcionamiento de gran parte de los recursos y espacios con los que cuenta el Ayuntamiento, para su buen uso por parte de los vecinos, así como su cuidado, mantenimiento y conservación adecuada.

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