Espléndida procesión del Santísimo Cristo del Amparo en Tamames

El corazón de Tamames se embriagó durante una muy concurrida jornada matinal de la mano de la santa misa seguida de procesión del Santísimo Cristo del Amparo, dirigida por los cofrades con sus medallas y los mayordomos, que portaron las varas y sus mejores galas en un acontecimiento que arrancó aplausos y comentarios de satisfacción de todos los presentes. Peinetas, un tamborilero, niños partícipes y un meticuloso paso con un Cristo colosal, hicieron las delicias de los fieles, algunos de los cuales también trasladaron durante el trayecto la colecta del ofertorio en bandejas plateadas cubiertas con paños.

El pendón fue poco a poco abandonando el entorno de la iglesia para adentrarse en las calles puchereras, en las cuales, en determinadas zonas estratégicas, aguardaban grupos de personas para disfrutar de la procesión y unirse a ella. La banda Felipe Espino acompañó el paso con su completo elenco de instrumentos de viento metal, así como tambores y bombos, entre otros, con un repertorio que osciló entre la solemnidad de la Semana Santa y las melodías esperanzadoras y armoniosas. Tan solo durante un breve instante decidió el tamborilero, Manuel Roda, de Sequeros, iniciar su alegre son a la cabeza de la procesión, desde cuyo corazón emergía la música de las tubas, trompas y clarinetes.

Las calles más emblemáticas, adornadas con banderas, y las peñas más animadas fueron quedando atrás hasta regresar a la iglesia, donde los hombres tuvieron que maniobrar con sumo cuidado para hacer descender el paso, no sin antes entregarse a las música de la orquesta meciendo de un lado a otro la imagen, bajo la atenta mirada de los vecinos y sus móviles. Las voces de los presentes se fueron uniendo y contagiando de entusiasmo para poner voz a las melodías. Para finalizar, el párroco bendijo al Santo Cristo y lanzó vítores a los que el pueblo respondió con total entrega.

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