Qué esconde la Casa de la Libertad de Zorita de la Frontera

Se puede decir que la vivienda fue la que atrajo al artista, filósofo y activista Jaime del Val hasta Zorita de la Frontera. Se dejó seducir por esta edificación de enormes dimensiones. La adquirió en 2007, estuvo reformándola durante 15 años dando trabajo a profesionales locales. La obra quedó terminada en 2021 y la inauguró el año pasado.

A grandes rasgos cuenta con dos plantas, de 400 metros cuadrados cada una, y un enorme espacio de jardines y huertos a su alrededor, Jaime la bautizó como Casa de la Libertad.

Hoy, esta antigua casa de labor, es una casa estudio museo, convertida en sede de las asociaciones Reverso y Metabody, además de los proyectos Metabody y Bodynet-Khorós de Jaime del Val, quien la describe como «un espacio de retiro y creación, y un lugar donde acoger amigos, colaboradores y visitantes de todo el planeta».

En la planta baja, que conserva la esencia de la mansión originaria, tiene habitaciones para más de diez personas y hace también de galería o museo de la obra visual de Jaime del Val y otros amigos o de su colección.

Jaime del Val pone el acento en la planta alta, un espacio diáfano de 400 metros cuadrados. «Es un espacio de producción, único en el mundo, de los entornos interactivos Metatopia y las técnicas Metabody, que presentó por todo el planeta», detalla. En este estudio abierto, Jaime del Val, permite que los visitantes puedan tener experiencias inmersivas en unos entornos digitales y físicos únicos además de participar en talleres.

Jaime del Val es madrileño, pianista de formación, entre sus aportaciones en este área se encuentra la grabación de 13 discos con 330 canciones en 15 idiomas, desde el siglo XIII, junto a su madre, la cantante lírica, Ana Higueras. Pero esta parte la ha desarrollado en segundo plano ya que Jaime se ha centrado más en la filosofía y sus proyectos de arte digital.

Entre sus proyectos se encuentran la estructuras de arquitectura móvil que ayudan a la generación de experiencias visuales y de sonido a través del movimiento. Esta forma de arte tiene como trasfondo una filosofía, que replantea el modo de vida actual. Con sus socios internacionales indagan. «Planteamos todo el conjunto de desvarío que está creando una crisis planetaria», argumenta. A través de sus proyectos quieren ayudar a una evolución inteligente.