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Domingo, 11 de diciembre 2022, 12:46
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El retablo de la iglesia de Navalmoral de Béjar espera una restauración que no llega. La estructura se encuentra en muy mal estado con importantes grietas y desconchones, que piden a gritos una intervención urgente para frenar su estado de deterioro.
Varios expertos han visitado ya la iglesia para facilitar presupuestos a la parroquia e iniciar las obras cuanto antes, pero, de momento, no hay fecha para el inicio de la intervención. Esto es así porque los feligreses esperan un presupuesto que se ajuste más a la inversión que pueden afrontar.
La parroquia cuenta con un dinero procedente de una herencia que un párroco, Mario Cubillo, dejó para la iglesia. El sacerdote no tenía vinculación con Navalmoral de Béjar pero ejerció aquí el sacerdocio en la década de los 60. Quedó prendado del municipio y, una vez dejó su labor sacerdotal, regresaba al pueblo para disfrutar de estancias allí. Su amor por Navalmoral de Béjar le animó a dejar una herencia destinada exclusivamente a la iglesia y cumplir así la predicción que decía a los vecinos: “Cuando me muera, os acordaréis de mí”.
Falleció antes de la pandemia del coronavirus, pero los trámites para resolver la herencia se prolongaron en el tiempo hasta la actualidad. Fue el párroco de hace unos años, Edén Martín, el que comunicó a la localidad que contaban con ese dinero para invertir en el templo.
La singularidad de ese retablo del siglo XVIII es que, según la creencia popular, perteneció al santuario de El Castañar y, en parte, su historia sí enlaza con ese templo que venera a la Virgen del Castañar. Los investigadores Carmen Cascón y Roberto Domínguez Blanca han publicado un estudio en el que se aclara la unión entre ambos templos.
Explican que el retablo de El Castañar data del siglo XVII y fue vendido a la parroquia de Navalmoral por lo que ese puede ser el motivo por el que la creencia popular piense que es el mismo. Sin embargo, descartan que se instalara entero en la iglesia de Navalmoral por lo que, el actual, del siglo XVIII, no puede ser el procedente del santuario de Béjar, que data de un siglo antes. Eso sí, detallan que existe un tabernáculo (sagrario) contemporáneo al retablo del santuario que sí podría pertenecer al antiguo conjunto de El Castañar. Es a ese sagrario el que visitaba la beata Aurora Calvo cuando llegaba a caballo procedente de Béjar para orar allí, según atestiguan familiares de las personas que convivieron con la beata hace casi un siglo.
Queda por aclarar qué paso con el antiguo retablo del santuario de El Castañar ya que ambos investigadores descartan que sea el actual pero sí confirman que se trasladó a la localidad. Tres siglos después, se desconoce dónde fue a parar aquel conjunto religioso.
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