El pueblo salmantino pionero en el uso municipal de ozono para acabar con el COVID

Ha sido el alcalde, Ángel Miña, el que por formación ha podido llevar a cabo las labores de desinfección con una máquina que permitirá desinfecciones más cómodas y que servirá para apoyar a otros colectivos y entidades. De hecho, ayer mismo, después de haberse realizado la limpieza de Ayuntamiento, consultorio y otros espacios de acceso de vecinos en Puerto, se llevó a cabo la desinfección de las instalaciones del parque de bomberos de Béjar.

La idea es aplicar el tratamiento por ozono en otras instalaciones como el colegio de la localidad de cara a una futura reapertura y seguir aplicando tratamientos como los que hasta ahora se venían realizando con agua e hipoclorito. También servirá para el tanatorio, donde se limpiaba con agua y lejía pero este sistema permite “dar una garantía mayor”. Asimismo, al ser portátil, podrá utilizarse en el interior del vehículo municipal y se pondrá a disposición de los establecimientos del pueblo. Como explica el regidor, este sistema “sirve para crear un espacio más saludable y, psicológicamente, no viene bien a todos”.

Se trata de una máquina manejable que ahora no queda en stock, aunque, como explica el regidor, cuenta con el equipo técnico en Salamanca y ese hecho, en caso de averías o cualquier otra circunstancia, “te da una garantía”. Se trata del sistema que ya utilizan en las residencias de mayores y cree el alcalde que va a ser un sistema que se va a poner de moda ahora en adelante.

El ozono no es un producto tóxico aunque requiere unas precauciones dado que una exposición constante puede provocar efectos como dolor de cabeza o irritación de garganta. El alcalde, por su formación laboral tiene los conocimientos necesarios para aplicarlo y es el encargado de llevar a cabo las primeras labores del pueblo. Utiliza para ello gafas y mascarillas de partículas de carbono, además del resto de medios necesarios en estos momentos de pandemia.

La localidad ha sido pionera en esta medida dentro de los municipios de la provincia, pero lleva desarrollando medidas similares desde el principio del estado de alarma. Entre ellas figuraba el reparto de felpudos de esparto para que los vecinos los colocaran a sus puertas con productos desinfectantes y reforzaran la higiene. También se han repartido mascarillas, tanto quirúrgicas como las elaboradas por voluntarias.