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El mercadillo mirobrigense de los sábados reinició ayer su actividad en su nueva ubicación a lo largo del paseo Fernando Arrabal. La situación permite un distanciamiento seguro entre los propios comerciantes, y facilita el tránsito de clientes sin aglomeraciones.
Aunque los vendedores agradecen volver a su actividad, algunos ponen objeciones al nuevo funcionamiento. “Hay puestos que están muy alejados de la zona, al lado del paseo por el que pasa menos gente”, protestan. Señalan que dado que todos los vendedores pagan lo mismo, deberían replantearse la distribución de localizaciones.
La Policía Local, que transitó ayer el mercadillo en su particular estreno, confirmó las quejas de más de diez vendedores ubicados en zonas “desfavorables”, por lo que próximamente podría haber modificaciones, solicitadas por la asociación que representa a los comerciantes de la zona.
La preparación y recogida de puestos incluye la meticulosa desinfección de los mismos, así como la instalación de sendas papeleras. “Desinfectamos con lejía, usamos mascarillas y tenemos gel para los clientes”, explica Cristina Salazar, que asegura que además limpia los productos delante del comprador antes de entregarlo.
Por su parte, Alfredo Motos explica que si alguien se prueba una prenda la debe retirar para aislarla durante 48 horas. Los propietarios de los puestos subrayan que “hay mucha menos gente de lo normal”, y sugieren que aún hay miedo entre los compradores.
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