Borrar
La suelta de vaquillas entretuvo a los jóvenes y dio algún que otro susto. Casamar
El Domingo de Piñata pone broche final a los Carnavales de Miróbriga

El Domingo de Piñata pone broche final a los Carnavales de Miróbriga

La charanga y la suelta de vaquillas recuperan el ambiente de la Fiesta Grande

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 26 de febrero 2023

Compartir

Las ganas de más Carnaval del Toro han quedado patentes en el ambiente de Ciudad Rodrigo, que ha celebrado su esperado Domingo de Piñata, marcado en el calendario siempre como el primer domingo después de la Fiesta Grande. “Es un festejo que pedían los jóvenes; ponemos el broche final al Carnaval con esta clásica celebración”, afirmó el alcalde mirobrigense, Marcos Iglesias.

Cientos de personas se han acercado desde el mediodía, mucho antes de que estuviera listo el heliogabálico convite a base de carne —de dos toros de las fiestas— y la friolera de 600 kilos de patatas para unos cinco mil comensales. Atraídos por la charanga Los Bemoles, los vecinos han acudido a la zona de la carpa carnavalera instalada en el paseo Fernando Arrabal para apurar los últimos coletazos de festejos.

La carpa se ha llenado de cientos de comensales, aunque también muchas peñas han decidido, una vez llegado su turno en una inmensa hilera de personas, llevar sus raciones de guiso a las peñas para aprovechar también los últimos momentos de casetas del Carnaval del Toro en una jornada que se ha dilatado durante la tarde con una suelta de vaquillas en la zona del Registro, un acontecimiento igual de abarrotado y deseado por los amantes del Carnaval, y que ha brindado la oportunidad de saborear la adrenalina sin el riesgo que acarrea correr frente a un toro, una forma idónea de que los mozos se estrenen de forma más relajada y sin incidentes.

Las agujas todavía se elevan en Ciudad Rodrigo, jalonando puertas y el recorrido del encierro. El Domingo de Piñata exprime al máximo su instalación y regala a la juventud, como parte dinámica, y al resto de la población, como espectadores hambrientos de tradición taurina, el último espectáculo con astados en esta zona, que es a su vez uno de los pulmones durante cada Carnaval del Toro.

Hasta treinta voluntarios hacen posible cada año este colosal guiso de toros de Carnaval, una tarea que emprenden gustosos y que, según dicen, es para ellos una celebración en la que disfrutan, forjan amistad y se divierten. Desde el sábado estos voluntarios, ataviados con un mandil naranja farinato, el color del Carnaval y del “campanazo”, ya se reunían para pelar las patatas y hacer los preparativos. Después de la suelta de vaquillas la Corporación municipal ha hecho entrega de los premios adjudicados durante las fiestas a los mejores disfraces callejeros, disfraces del baile y carrozas, todo ellos en la icónica carpa que ayer dijo adiós.

Cabe recordar que el año pasado los habitantes de Ciudad Rodrigo no han podido disfrutar de esta carpa del paseo Fernando Arrabal, junto a la cual, en un anexo, se elaboró el guiso que, ansiosos, todos esperaron, algunos con sus camisetas de peñas y sudaderas, otros en familia con barras de pan y todo lo necesario para comer en las mesas de la carpa y algunos, con intención de llevarse el guiso a sus hogares. Esta última opción fue la única posible en la edición del año pasado.

La pandemia obligó al Ayuntamiento en aquella ocasión a prescindir de espacios cerrados, con lo que Ciudad Rodrigo acudió puntual a las citas, pero sin un espacio en el que reunirse bajo techo. No obstante, el buen tiempo y los cielos despejados han acompañado a esta jornada de mañana y tarde en la que hasta alguno aprovechó para vestir nuevamente su disfraz del concurso callejero. Aunque esta vez no ha habido Cenizos, el Domingo de Piñata ha dado el Do de pecho con creces.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios