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Aunque la provincia gana población por segundo año consecutivo, la «sangría demográfica» no ha acabado en Salamanca. Sigue latente. Solo uno de tres municipios suma habitantes y son este centenar de localidades las que contrarrestan la despoblación del resto del territorio. Y no solo eso sino que además suman medio millar de vecinos al último padrón provincial, cuyos datos definitivos ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, casi dos tercios de los municipios, concretamente 235, llegaron al 1 de enero de 2024 con menos empadronados que doce meses antes.
Aunque durante años ha mermado su censo en favor del crecimiento de los municipios del aérea metropolitana, la capital del Tormes es el municipio que más habitantes ganó el pasado año. Con 144.866, la ciudad de Salamanca cuenta con la población más elevada de los últimos ocho años, desde el 1 de enero de 2016, cuando se contabilizaron 144.949 vecinos empadronados, conforme a estas cifras oficiales de población que obliga a publicar el artículo 17 de la Ley de Bases de Régimen Local.
Junto a la capital, el alfoz sigue siendo la principal zona de crecimiento demográfico. Los municipios que más habitantes ganaron fueron Villares de la Reina, Villamayor y Terradillos, cada uno de los cuales sumó más de un centenar de vecinos. Carbajosa de la Sagrada, Aldeatejada, Alba de Tormes, Castellanos de Moriscos, Aldealengua, Pelabravo y Santa Marta de Tormes también engrosaron su padrón, aunque en menor medida. Por el contrario, por primera vez en 18 años, Doñinos de Salamanca pierde habitantes. Son 79 menos, el mayor descenso en cifras absolutas de toda la provincia. Le siguen Armenteros, Béjar, Villarino de los Aires, Fuentes de Oñoro, Beleña, Hinojosa de Duero, Aldea del Obispo y Ledesma.
Por otra parte, hay una décima parte de los 362 municipios charros que el pasado año lograron mantener su población sin perder ni ganar habitantes. Entre ellos, se encontrarían, entre otros, Bañobárez, Bermellar, Berrocal de Huebra, Espeja, Gejuelo del Barro, Palacios del Arzobispo, Saelices el Chico, Retortillo y Sorihuela.
Pero el impacto de perder o ganar un vecino no es tan grande en la capital como en los pueblos más pequeños. En términos relativos, el mayor descenso de población lo ha sufrido Armenteros, que perdió a casi una cuarta parte de sus habitantes, al parecer, por la reducción de alumnos en su colegio. En Puerto Seguro el padrón adelgazó casi un 20%; en Zarapicos, un 18%; en Pinedas y Malpartida un 11%; y en San Miguel de Robledo, un 10,4%. Por el contrario, la localidad que más creció fue Sanchón de la Sagrada, al engrosar su padrón un 41%, pero eso solo supone ganar quince vecinos. Le siguen Iruelos, Cilleros de la Bastida, Valdunciel y Vallejera de Riofrío, que no llegan a 150 habitantes.
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