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La vecina de Carbajosa, explicando la situación en la escalera. EÑE

Diego Martín, un joven salmantino en silla de ruedas atrapado en casa sin poder salir

Misericordia Quintero denuncia la difícil situación que se le plantea a diario, sin una plataforma elevadora en la escalera, para salir de casa con su hijo que padece síndrome de Lowe y tiene 100% de discapacidad

Jueves, 6 de abril 2023, 14:28

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“Saldremos mejores”, pronunciaba la sociedad hace tres años. Tras la covid, las vidas se pararon y las personas comenzaron a darle más importancia a las pequeñas cosas, pero la realidad es que ese pensamiento duró poco. El parón vino bien para trabajar la empatía o la solidaridad, aunque después del levantamiento de las restricciones parece que ese trabajo se ha vuelto a olvidar. Historias como la que vive María de la Misericordia Quintero desde hace cinco años en Carbajosa de la Sagrada, hacen reflexionar sobre estas participaciones afectivas que no todo el mundo es capaz de desarrollar.

María de la Misericordia, Miser, como la conoce todo el mundo, es una ‘madre coraje’ que no escatima esfuerzos para que su hijo, Diego Martín, quien padece el síndrome de Lowe, tenga la mejor vida posible. “Con ocho meses le operaron de cataratas”, afirma esta madre. Con esa simple frase desprende todo el sufrimiento y la lucha que han acarreado para ella, hasta hoy, los 19 años de vida que tiene Diego. En la actualidad es el único pilar sobre el que se sostiene, pues Miser está divorciada y en ella recae la mayor parte de los cuidados de su hijo, que a diario acude al centro ‘El Camino’, de Aspace. Una vez conocido el contexto, cabría pensar que, al menos, las cosas que dependen de la solidaridad vecinal para ella, podrían darse de manera positiva, pero la realidad es otra.

“Llegué a este bloque en la calle San Roque de Carbajosa hace cinco años. Mi hijo aún caminaba; el problema es que ahora no lo hace. Por un cambio en la alimentación ha cogido peso y no puedo con él yo sola, recibo ayuda de otra vecina, Verónica, y lo agradezco en el alma”, cuenta. Para Misericordia es una odisea subir y bajar a Diego por los siete peldaños que los separan de la calle.

Es por esto que la vecina de Carbajosa solicitó a la comunidad la incorporación de una rampa elevadora en la escalera de acceso a las viviendas. Un estudio realizado por dos compañías privadas indicaban que la incorporación de esta, “era viable”, aunque desde que esto ocurrió, comenzó el calvario para Miser. “Desde que comencé a pedir ayuda una vecina del bloque comenzó a acosarme, incluso un día me mandó a la Policía Local porque mi hijo hacía ruido y afirmaba que no iban a pagar nada para el elevador”. Tras varios enfrentamientos, las aguas volvieron a su cauce cuando el Arquitecto Técnico Municipal acudió para sopesar la intervención y dio su negativa con un informe que, según Miser: “Es poco profesional”.

El propio alcalde, Pedro Samuel Martín, se ha puesto en contacto con Misericordia y le ha confesado que no conocía que existieran dos informes favorables para la incorporación de este elevador. “No tengo intención de irme de aquí, si no, no movería Roma con Santiago, solo pido que los vecinos de la comunidad y el Ayuntamiento recapaciten, pues esto es algo de lo que no está libre nadie”. Misericordia espera que se dé un giro de 180 grados en la decisión y que siete peldaños dejen de suponer un muro para Diego y ella.

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