«Es algo que no volveremos a ver en la vida»
Ciudadanos de Brasil, Japón y Australia compartieron las emociones de la mañana histórica con miles de albenses en las calles y plazas de la localidad
Alba de Tormes
Martes, 27 de mayo 2025, 06:30
El traslado de la urna de Santa Teresa volvió a demostrar que las emociones y el carácter internacional de la celebración, que se ha desarrollado durante las últimas dos semanas, han ido de la mano hasta el último momento. Ciudadanos de Brasil, Japón y Australia estuvieron presentes en la ceremonia de cierre de las celebraciones, junto a varios miles de albenses y salmantinos.
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Stephan Maguire, llegado desde Australia, compartió la mañana con el japonés Ken Thomson y el salmantino Paco Fraile. Hospitaleros y peregrinos aprovecharon su estancia en Salamanca para pasar por Alba antes de partir para completar el Camino de Santiago. Llegada desde Brasil para ser voluntaria en las celebraciones, Mascaren Hasf apuró su tiempo en Alba antes de partir a tomar un tren rumbo a Madrid y el avión de regreso a su tierra. Sus últimos minutos los empleó rezando ante las reliquias de la Santa.

Mario Vercher, Hijo Adoptivo de Alba de Tormes y director de la banda de música, señaló: «Han sido días muy emotivos y he visto cómo la gente vivía con emoción y respeto cada momento. Además, ver la urna de plata en la calle es una maravilla y, como músico, cuando la banda toca 'Cantemos a Teresa' y todo el mundo canta, he visto que la gente de fuera se queda alucinada».

La más joven en el histórico evento fue Noa Jaspe, albense de apenas un año, que estuvo acompañada por su abuela Charo González y su tía abuela, Teresa González: «Nuestra abuela vivió la salida de la Santa en 1914 y nos lo contaron nuestros padres». Al adiós también se sumaron Petri Patrocinio, Feli García, Puri Marcos, Ernestina Martín e Isabel González, que agradecieron «la devoción con la que ha venido mucha gente y agradecemos el respeto mostrado. Para nosotras es un día histórico y emocionante». Las hermanas Virginia y Luisa Díaz han dedicado parte de su tiempo en las últimas dos semanas como voluntarias. «Hemos llorado mucho porque ha sido una experiencia emocionante».

Por su parte, las albenses Esperanza Rodríguez, Telvi Barbero y Eleodora de Santa Teresa calificaron el traslado como «un hecho extraordinario; además, lo hemos podido vivir». «He pasado todos los días por la Basílica de la Anunciación para rezar frente al cuerpo de Santa Teresa», comentó Eleodora. «Es algo que no volveremos a ver en la vida», decía emocionada América Marcos. «Han sido unos días muy especiales, no recordábamos tanta gente por las calles de Alba. Ha merecido la pena», resaltó María Luz Moreno.
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