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Alonso Gómez, en el centro, se aplica gel hidroalcohólico para salir del pabellón de Guijuelo. TEL
Desde Madrid a Guijuelo para vacunarse

Desde Madrid a Guijuelo para vacunarse

El guijuelense Alonso Gómez, de 94 años, se encontraba con su hija en Pozuelo cuando le llamaron el sábado para vacunarse. No lo dudó y el lunes regresó para recibir la primera dosis

TEL

Miércoles, 3 de marzo 2021, 19:10

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Nervios, cierto temor, pero, sobre todo, muchas ganas de recuperar la normalidad, eran las sensaciones que este martes se podían encontrar en Guijuelo entre las personas de más de 90 años que acudían a vacunarse al pabellón.

Había matrimonios e incluso alguna pareja de hermanos, aunque, en la mayoría de los casos, los vacunados que este martes acudían lo hacían con hijos, sobrinos, familiares o allegados. Pepe, de Guijuelo, fue de los más madrugadores y bajó al pabellón con su hija, pero, tras vacunarse, decidió regresar sólo a casa dando un paseo desde la zona deportiva al centro de la villa, donde reside. Lo mismo que los hermanos Juani y Alonso Gómez. Este último, con 94 años y a punto de cumplir los 95 en pocos meses, ponía de manifiesto con su presencia las ganas de vacuna que había entre los mayores. “Yo estaba en Madrid, en Pozuelo, con mi hija, y me llamaron el sábado para vacunarme”, señalaba este martes. No se lo pensó y el mismo lunes, volvió a Guijuelo, donde le corresponde vacunarse. “Me trajo mi hija y ella, a las siete, ya estaba de regreso”, señalaba tras recibir la primera dosis de la vacuna junto a su hermana.

Contaba su experiencia con intensidad, con la emoción de haber dado un paso importante para acabar con el riesgo del virus. Después, ambos salían caminando tan tranquilos sin haber tenido síntoma ninguno durante el tiempo de espera tras el “pinchazo”. Cada persona de las allí presentes tenía su historia y sus sensaciones. Toñi o Angelita entraban con el reparo de lo que supone un pinchazo y la incertidumbre de lo que puede pasar de ahora en adelante, pero salían después con la satisfacción en sus rostros, con el convencimiento de haber actuado correctamente por su salud y por la salud de todos.

Aunque no era el lugar para hacer corrillos y tertulia por razones sanitarias, la vacunación supuso el reencuentro para vecinos que, en el mejor de los casos, hacía meses que no se veían. Algunos, de hecho, decían que en todo este tiempo apenas si habían salido de casa. La ocasión lo merecía por las esperanzas que están puestas en la vacunación.

Todos ellos tendrán que regresar el 23 de marzo para recibir la segunda dosis de las Pfizer y, a buen seguro, que lo harán más predispuestos que la primera vez. Prácticamente todos, salvo un caso más significativo, salieron tras el tiempo de espera recomendado por los responsables sanitarios. Algunos, como Pepe Benito, incluso bromeando. Y es que, tras ser felicitado por los presentes, él señaló que ojalá hubiera sido de los últimos en recibir la dosis, señal de que sería bastante más joven en lugar de contar con 91 años.

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