Béjar honra a San Antonio con el milagro de los pajaritos y el reparto de pan bendecido

La parroquia bejarana de El Salvador acogía este jueves la festividad de San Antonio, que daba inicio, un año más, con la escenificación del milagro de los pajaritos de San Antonio a cargo de los pequeños del colegio de Nuestra Señora del Castañar.

El altar de la iglesia fue el escenario en el que los niños realizaron la pequeña representación en la que no faltaron numerosos “pajaritos” moviendo al viento pañuelos como si de sus alas se tratara. Una costumbre arraigada en la iglesia, que daba inicio a los actos en honor al santo.

Acabada la escenificación, comenzaba la eucaristía propiamente dicha, que estaba presidida en el lateral derecho, justo al lado de la puerta de la sacristía, por la imagen grande del santo. No hubo procesión, pero sí se mantuvo la costumbre de repartir los panes bendecidos al finalizar la misa, que estuvo presidida este año con las varas de mayordomos por Castañar Hernández, Isabel Merino y Ángel Tolosa.

El párroco de El Salvador, don Félix, fue el encargado de bendecir los panecillos, que se repartieron después mientras los fieles hacían cola para besar la reliquia del santo y recoger una estampa con su imagen. El del pan de San Antonio o de los pobres es uno de los milagros más arraigados en la tradición de San Antonio y tiene su origen en la promesa que realizó la madre de un niño que había caído a un pozo y se había ahogado. Encomendándose al santo, le prometió dar el peso de su hijo en pan a los pobres si le sanaba y, milagrosamente, el pequeño revivió. Pero con anterioridad, con el santo vivo, era conocida su bondad entregando pan a aquellos que más lo necesitaban.

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