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A la izquierda, Javier y Noelia junto a sus tres hijos, Triana, Gonzalo y Emma en Cespedosa. A la derecha, Soraya, en la puerta de la casa que acaba de comprar y va a reformar en Candelario TEL
Así se vuelve a los pueblos: “Comprar está ahora por las nubes”

Así se vuelve a los pueblos: “Comprar está ahora por las nubes”

Noelia López y Javier Vallejo viven de alquiler en Cespedosa de Tormes donde buscan casa para poder comprar. Por su parte, Soraya Sánchez se enamoró de Candelario hace seis años y ahora ha dado un paso más comprando una casa

Martes, 25 de abril 2023, 18:35

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Cuando comenzó la pandemia del covid nos vinimos a Cespedosa. Mi marido trasladó su empresa aquí y, de casualidad, encontramos una vivienda adaptada para los cinco”, relata Noelia López Hernández desde Cespedosa de Tormes.

Casada con Javier Vallejo Díaz y madre de tres niños (Emma, Gonzalo y Triana), considera que la situación de la vivienda en el medio rural no está lo bien que debería para poder acoger a nuevos pobladores o, como en su caso, a hijos del pueblo que regresan a sus orígenes: “las casas que hay o están en malas condiciones o son muy caras. Comprar está por las nubes; tú compras una vivienda muy cara, que la tienes que reformar, y parece que estás comprando en Salamanca”.

“Nos hemos instalado aquí definitivamente y estamos mirando para poder comprar una casa o para hacernos una de construcción nueva. Parcelas, solo si son tuyas, porque el terreno tampoco es viable comprar. Nosotros sí tenemos dos fincas en el casco urbano y tenemos esa posibilidad de poder hacernos esa vivienda”, señala. Aunque no tienen decidido aún al cien por cien lo que harán, el precio de los materiales les hace casi decidirse por intentar comprar una casa ya construida: “estamos más por el hecho de comprar una que ya está construida porque los materiales están muy caros”.

El tamaño de los pueblos, las comunicaciones y la presencia de localidades grandes en un entorno cercano son elementos importantes a la hora de comprar casas, como señalan los diferentes agentes inmobiliarios consultados y que corrobora también Noelia: “tenemos calidad de vida. Los niños salen a la puerta de casa y, aunque son pequeños, tienen libertad porque no es lo mismo que en Madrid, que tienes que salir con ellos sí o sí. Mis padres viven aquí muy cerquita y se bajan a ayudarnos. Además cualquiera del pueblo te echa una mano si necesitas un día que les recojan en el cole. Es calidad de vida para nosotros y para ellos”. Además, añade, “es un pueblo donde tienes todos los servicios con guardería, colegio, biblioteca, ludoteca... La verdad es que tiene muchos servicios y hay mucha gente joven interesada en venirse al pueblo a vivir, pero no hay viviendas para alquiler”, cuenta.

Acompañada de su amiga Alicia, ambas ponen de manifiesto la necesidad de que las administraciones públicas tomen medidas más contundentes para solucionar el problema de la escasez de viviendas aptas para vivir en el medio rural. Ahora que estamos en época electoral, consideran, puede ser un buen momento para recordarlo.

“Me gusta venir para resetearme”

Soraya Sánchez Belinchón acaba de firmar los papeles por los que se convierte en propietaria de una casa en Candelario. Se trata de una vivienda típica chacinera de la localidad en la que se conservan los elementos más destacados de la tradición y que necesita una reforma para poder entrar a vivir, pero Soraya no se amilana y quiere tirar para adelante porque Candelario le encanta y allí quiere instalarse, siempre que su trabajo como tripulante de cabina se lo permita.

Es de Madrid y unos seis años atrás descubrió Candelario gracias a un amigo con el que vino a pasar unos días. La zona le cautivó: “no conocía mucho la provincia de Salamanca y hará como unos seis años nos fuimos a Candelario con un amigo. Pasamos un fin de semana y me gustó mucho. Dio la casualidad que me encontré con una conocida que hacía muchos años que no veía y vivía allí. A raíz de aquello volví un par de veces más a visitar a esta conocida”. Y de aquellas visitas, explica, conoció más a la gente de Candelario.

Me gustó bastante porque soy muy fan de Asturias y Cantabria y me recuerda mucho al norte. Es un rinconcito muy verde, no me esperaba que Salamanca tuviera estas montañas, estos castañares, el agua... Me sorprendió mucho”, agrega.

Soraya tiene caballos y perros y siempre le ha gustado el campo. De hecho, su idea siempre ha sido irse a vivir a una zona rural y en Madrid ha tendido a vivir en el extrarradio y como su idea era esa dio un cambio de aires y decidió probar suerte en Candelario. Alquiló una vivienda seis meses antes de la pandemia y se desplazaba a volar a Madrid cuando le tocaba: “volar te permite vivir fuera de Madrid”.

“Me gustó, llegó la pandemia y decidí quedarme, pude estar tranquila, con mis animales...”. El año pasado tuvo que dejar el alquiler por circunstancias personales y regresar a Madrid. “Pero me quedé con tristeza y, mirando casas, me surgió la ocasión de comprar esta vivienda así que me puse manos a la obra. A finales de marzo conseguí cerrar la compra y ahora estoy con la ilusión de rehabilitarla. Me gusta tener el equilibrio de volar, estar en Madrid, y volver al pueblo y resetearme. La verdad es que he encontrado en Candelario mi refugio”, reconoce con satisfacción.

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