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Arturo Calvo de Inés, alcalde de Villaseco de los Reyes. CASAMAR
Arturo Calvo, candidato a alcalde con 90 años: “Tengo ganas de seguir”

Arturo Calvo, candidato a alcalde con 90 años: “Tengo ganas de seguir”

Va con ganas a por la décimo segunda legislatura en el cargo

Viernes, 20 de enero 2023, 18:11

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El altruismo recorre las venas de Arturo Calvo de Inés, regidor de Villaseco de los Reyes. Eso y una pasión desbocada por su pueblo que, unida a la inquietud de verlo mejorar, le mantienen en el cargo de alcalde desde hace casi medio siglo, y con vistas a seguir. Arturo es, a sus 90 años, la voz de la experiencia y el optimismo. Ha tomado inercia y no puede abandonar a sus vecinos, aunque no todo son alegrías, satisfacción y aplausos. También hay momentos duros: estrés, retos y luchas que librar ante las críticas que puedan surgir.

Es casi toda una vida al cargo del Consistorio. ¿Creyó que estaría tanto tiempo?

—El 7 de julio cumpliré 91 años. En mayo haré 44 años en el cargo; son ya 11 legislaturas. Tenía ganas de dejarlo, pero es tal la ilusión que tengo por el pueblo, por mejorarlo, hacer cosas por él... cuando llegué no había nada y se han hecho concentraciones parcelarias, iglesia, pavimentación, abastecimiento de aguas, una lucha con la que seguimos; farmacia, que no teníamos, asegurar la consulta médica, un frontón...En fin, es tal la ilusión que esto se ha ido alargando. La mayoría de la gente está muy contenta, y eso me ha animado mucho. Al pueblo le tengo un cariño extraordinario y me piden que no me vaya.

¿Diría que estar al frente de un pueblo de estas características es algo del todo vocacional?

—Sí, es algo totalmente vocacional. Nunca he cobrado un céntimo. He puesto el trabajo, luchado por el pueblo, puesto mi propio coche para hacer las cosas... para ser alcalde hay que tener ilusión. Sin ilusión te cansas y te vas. Tengo obras por terminar en la cabeza, varios planes en mente para los próximos meses, que ya van cogiendo forma.

¿Qué le impulsó a emprender esta andadura política en Villaseco de los Reyes?

—Vi que en los pueblos de alrededor tenían agua, desagüe... Aquí, por ejemplo, había que salir a lavar al río, y ahora tenemos todos los servicios. El mejor abastecimiento de agua, seguramente.

¿Es complejo gestionar un pueblo como este?

—Gestionar varios agregados a parte que tiene el término municipal, siempre es complicado. Hay gente que no comparte tu opinión, diferencias... y es respetable y normal. Siempre habrá quien esté en contra o no comparta tus decisiones. Es difícil ser alcalde, y más en esta situación. Muchas veces hay que tranquilizarse. En pocas palabras, es difícil.

¿Su vida sería más fácil si no fuera alcalde?

—Pues claro, mi vida sería mucho más relajada. Aquí he tenido una cantidad de trabajo horroroso; me he tenido que estar machacando como todos. El abastecimiento de agua supuso años de trámites, gestiones, y problemas de todo tipo. Hay que estar ahí, con la gente. Homenajes, placas, inscripciones... son cosas que no esperaba. Y si ves que te hostigan y no te quieren, pues te vas.

¿Merece la pena la recompensa? ¿Qué se siente cuando algo se consigue después de mucho esfuerzo y años de lucha?

—Se siente un orgullo muy grande. Me han hecho ya homenajes, y es una gran satisfacción ver que estás trabajando de verdad como alcalde, que la gente te agradece lo que haces.

Ser alcalde en un pueblo no es lo mismo que en una gran ciudad. Los habitantes le ponen cara, le conoce, le ven por la calle...¿acuden a usted en el día a día?

—Sí, la mayoría de ellos acuden a mí cuando surge algo. Problemas de recibos, una entrada de la carretera... con muchas cosas. Hay que atenderles como es debido, y ser sociable, eso es lo más grande que hay. Estar ahí para la gente como es debido, diariamente.

¿Recuerda algún gran momento durante su trayectoria?

—Para mí uno de los grandes momentos como alcalde fue el conseguir tener una farmacia. Antes había que encargar los medicamentos al coche de línea. Hubo que luchar para tener una farmacia. Eso fue muy grande. También el abastecimiento del agua, tener agua potable en todas las fincas en casas. Ha sido la vida de esta comarca: el agua. También ha habido muchas instalaciones que han costado mucho trabajo: las piscinas, el frontón cubierto, la residencia de mayores, que es algo que me hacía una gran ilusión. Yo me encuentro muy bien aunque sea mayor, tengo una salud bárbara, pero si un día la necesito, ahí está.

También habrá habido momentos duros...

—Sí, sí...He tenido momentos dificultosos que ha habido que sacarlos adelante con mucha tranquilidad, con mucha serenidad, y seguir adelante. He tenido que recurrir a la Junta de Castilla y León, a la Diputación de Salamanca, a donde hiciera falta. Hay que ir a donde sea necesario, mismamente a Valladolid, y siempre he sido bien recibido. Estoy muy agradecido por toda la ayuda que he recibido de instituciones, apoyo para hacer posibles muchas cosas en el pueblo.

¿Se presentará a las próximas elecciones?

—Sí, me voy a volver a presentar. Me lo ha pedido mucha gente. Habrá quienes estén en contra, no lo sé, pero yo desde luego me voy a presentar de nuevo este año.

¿La intención entonces es continuar indefinidamente?

—Tengo una salud extraordinaria. Me encuentro como hace veinte años. Este año pasado tuve una recaída, en septiembre me operaron, pero me recuperé en quince días y estoy perfectamente bien. Me encuentro con fuerzas y agilidad.

¿Qué opina su familia y seres queridos de que sea alcalde desde hace tanto tiempo y se presente de nuevo?

—Algunas veces, cuando ha habido algún problema porque uno siempre tiene gente contraria a tu política, mis hijas me han dicho: “Esto no te lo quitamos ni te lo pedimos; haz lo que quieras, pero estarías mejor en casa”. Y mi mujer tampoco ha sido partidaria de que siguiera, y en esta legislatura también me ha señalado los problemas, a lo que yo he dicho: “Mira, Transi, no te preocupes, que no va a pasar nada, y yo voy a seguir si puedo”. Nunca se han opuesto como tal, aunque algunas veces preferirían que lo hubiera dejado.

¿Hubo que hacer malabares para ser alcalde y trabajar al mismo tiempo?

—Claro. Era difícil. Llevo jubilado desde los 75 años. Tenía una empresa de construcción con unos cinco trabajadores en plantilla. Tenía tanta ilusión que te digo la verdad: muchos días dejaba a mi gente trabajando y me iba a solucionar problemas del Ayuntamiento.

De modo que, ¿la vocación política ha ganado terreno incluso al oficio del que vivía?

—Sí, no cabe duda, así es. Y es difícil hacer las cosas a gusto de todos. Pero creo que he tenido paciencia y serenidad para llevarlo todo.

¿Qué cualidades debería tener un buen alcalde para gestionar un pueblo como Villaseco?

—Hace falta tener paciencia, además de sentido común, tranquilidad, y siempre hacer las cosas pensando en qué es lo mejor, hacer todo lo que se pueda. Tampoco puedes dejarte pisar, que es algo que pasa en la política. Tienes que defenderte, no cabe duda. Lo principal es dar la cara, que lo hayas hecho todo lo mejor posible, que hayas sido honrado y trabajador. Y luego, hay que ser sociable con la gente, y aguantar lo que pueda venir.

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